miércoles, 9 de febrero de 2011

SUSPENDIDOS EN LA VIEJA INNOVACION


Una vez más, la Unión Europea ha publicado su informe sobre la situación de la Innovación en los países miembros y, una vez más, las noticias no son buenas para España. Ocupamos la posición número 18 sobre un total de 27 países comunitarios y estamos situados en un grupo denominado “países moderadamente innovadores” junto a Portugal, Grecia, República Checa, Malta, Polonia. Por el contrario, Suecia, Dinamarca, Finlandia y Alemania ocupan las primeras plazas.
El estudio se ha desarrollado en base a 25 indicadores de los cuales, España suspende en 20 situándose por debajo de la media europea. Entre estos aspectos negativos, destaca la aplicación de nuevas patentes, la inversión de los fondos de capital riesgo y la actividad de las pymes en proyectos asociados.
Si sirve de consuelo, el informe destaca el esfuerzo en publicaciones de investigaciones en revistas internacionales y el incremento de puestos de trabajo de alta cualificación y poco más.
Quizás la reacción de los optimistas mal informados, así como la de los responsables políticos sea la de echar la culpa a la recesión mundial que, junto al ladrillo, se está convirtiendo en el saco de todas las desgracias que nos aquejan. Pero esta sería una explicación simplista y poco convincente.
La explicación es más sencilla que todo eso: la clase empresarial española ha preferido no asumir el riesgo que suponen las políticas de innovación, pero los responsables políticos, simple y llanamente han fallado en sus estrategias de potenciación de la innovación con los dineros públicos. Se ha invertido mucho, pero, a la vista de los resultados, sea hecho francamente mal y no solamente desde la Administración Central, sino también desde las autonómicas.
La mayoría de los programas y ayudas se han demostrado ineficaces como consecuencia de sus planteamientos iniciales, ambiguos y simplistas, así como por el imberbe seguimiento del desarrollo de los proyectos. Sin ir más lejos, ayer recibía hasta treinta demandas de oferta para uno de los programas dirigidos a pymes más conocidos a nivel estatal con periodicidad anual. Pues bien, la mayoría de ellos abundaban en lo mismo: desarrollo de plan de negocio, implantación de CRM, planes estratégicos y poco más. Si la “innovación” queda reducida a esto, apaga y vámonos. Muchas alforjas para tan escaso viaje. Nadie pone en duda la buena voluntad de las administraciones a la hora de asignar fondos, pero hemos carecido de lo fundamental: un plan.
No ha existido una reflexión seria sobre lo que debieran haber sido “nuestras estrategias de innovación”. Nos apresuramos a destinar fondos e inventarnos un Ministerio de Innovación cuya ministra cada día se parece más al Holandés Errante. Pero nadie se planteo qué tipo de estrategias debiéramos desplegar en una economía dominada por las pymes y con una baja conciencia del valor del capital intangible. Nos hemos decantado por lo más sencillo: investigación básica, “papers” , eventos “sensibilizadores” y mucha palabrería.
Aunque no lo parezca, soy optimista. No tanto a la luz de los resultados, sino del futuro inmediato. La innovación, tal y como la hemos conocido en las últimas dos décadas, ha llegado a su fin. Sí, sí, no ha leído mal. Es un modelo derivado de un sistema que desaparece. Los desarrollos teóricos y prácticos en torno a la Innovación, el Emprendimiento, la Gestión del Conocimiento y del Talento han tenido de positivo el cuestionamiento de un sistema de relaciones productivas que estaba llegando a su saturación definitiva. Pero nunca se han postulado realmente como los recambios definitivos. Eran llamadas de advertencia y simulaciones controladas que han afectado a un segmento muy específico de las personas y de los procesos y productos. Ahora, llega la hora de elaborar bases de desarrollo para un nuevo sistema y, en ellas, la innovación tendrá su lugar, pero no tal y como ahora la conocemos. La cuestión es si seremos capaces de sacar las conclusiones oportunas y ser capaces de gestionar una estrategia global. El tiempo, como siempre, nos dará la respuesta.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Jose luis: necesito muchos comentarios como este. No se si lo entiendo del todo bien, pero me parece que hemos de cuestionar y reenfocar lo que desde las AAPP se ha hecho por promover la Innovacion. Un abrazo
JMPazos

Caminante dijo...

Hola Jose Manuel
Sí exactamente, es necesaria una revisión a fondo si queremos utilizar bien el dinero y, sobre todo, conseguir algo. La estrategia con las pymes es totalmente desafortunada.
Cuidate

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Jose Luis:
O sea, que ni siquiera somos cabeza de ratón. Lo bueno de tener a muchos por delante es que tenemos mucho margen de mejora y ellos no, lo cual siempre motiva (je, je, je).
Un abrazo.

Caminante dijo...

Hola Javier
lO TUYO ES DE UN OPTIMISMO DESENFRENADO... COMO SIGAS ASÍ, EL ATHLETI GANA LA LIGA FIJO, JE-JE
CUIDATE

Fernando López dijo...

Hola José Luis:

Apuntas una cosa que, al menos, para mi es fundamental en todo esto. que es la concienciación por parte de Pymes y no tan Pymes del valor del capital intangible.

Y para mi, aunque parezca una aberración lo que voy a decir, el valor y la diferenciación lo aportará ese capital intangible que hoy no se suele reflejar ni en planes de negocio, ni en estrategias. La innovación será un medio, no un fin o la consecuencia de pensar de otra manera teniendo en cuenta lo dicho.
Un abrazo

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