martes, 30 de junio de 2009

PALANCAS APALANCADAS


Quizás ayer mis vértigos hicieron que mi post no fuera excesivamente claro a la vista de algunos comentarios de mis queridos colegas, así que voy ampliar muy brevemente la idea.
Nadie pone en duda que las "palancas" que es necesario accionar para proceder no sólo a una reactivación, sino también a una reestructuración sistemática de nuestra economía son las que ayer señalaba:
1. FORMACIÓN
2. INNOVACIÓN
3. PATENTES
4. EXPORTACIÓN TECNOLÓGICA
Pero, al mismo tiempo, han sido las culpables en gran medida de que la actual crisis se vea, aún si cabe, más acentuada. En otras palabras, son palancas apalancadas por decirlo de alguna manera. Deberes sin hacer desde hace ya mucho tiempo que vuelven a aparecer como prioridades ineludibles.
Prioridades que no tienen una jerarquía porque o se acometen todas ellas de forma simultánea o carecerán de eficacia.
Sin formación, tanto temprana como continua, es dudoso que se puedan acometer procesos y proyectos significativos que permitan un take off en lo que a Innovación se refiere. Y, si estos últimos no se acometen, poco crecimiento de patentes veremos por lo que los niveles de exportación tecnológica serán más que dudosos.
En definitiva, más que palancas, son un conjunto de factores integrados en un proceso cíclico que hay que alimentar de forma continua. Pero, para ello, hay que empezar por reconocer que no hemos descubierto la pólvora, sino que debemos descubrir cómo asumir nuestros errores y aprender de ellos para ponernos en marcha.
Todo ello implica, entre otras cosas:
* Proceder a una reforma en CÓMO APRENDER Y ENSEÑAR que vaya mucho más allá de los estrechos límites de Bolonia.
* Contar con una clase empresarial PROFESIONALIZADA que sepa asumir los roles de gerencia y liderazgo con mayor convicción y eficacia que lo habitual.
* Desarrollar escenarios de futuro ambiciosos en el plano de la internacionalización en aquellos sectores que se sabe pueden asumir papeles tractores: biomedicina, renovables, agroalimentación, tecnologías de la información.
* Abandonar las inyecciones de ayuda a la contención de la anunciada defunción de unos sectores en los que no alcanzamos a conseguir el liderazgo en su momento.
Hasta entonces, más que palancas, hablaremos de APALANCADAS.

lunes, 29 de junio de 2009

VÉRTIGO


Llevo ya un par de días paralizado con una crisis de vértigos, una afección que periódicamente me visita y que resulta difícil de describir a no ser que se haya vivido. Llega de forma silenciosa e inesperada y remite poco a poco después de dejarte paralizado, apaleado y sin capacidad de reacción. Pese a todo, mi cabezonería me ayuda a escribir al menos mis post habituales. Por analogía, se me ha ocurrido comparar mi deplorable estado con el de la economía española, salvando las distancias, por supuesto.
¿Por qué la crisis global se ha cebado con mayor intensidad en nuestra economía después de haber protagonizado un supuesto milagro que nos ha situado en un 104% de la renta media europea? ¿Por qué se sospecha que nuestra capacidad de reacción y recuperación va a ser menor que la de otros países vecinos?
Como ya es bien conocido, las respuestas parecen concentrarse en nuestra excesiva dependencia del ladrillo. Sin embargo, esta reiteración en la búsqueda y captura de un único culpable resulta finalmente sospechosa. Tanto es así que las soluciones salvadoras parecen ser más bien obligaciones del pasado incumplidas. Los entendidos en estos males, nos hablan de cuatro “palancas” (vulgarmente soluciones) que es necesario activar para acceder a un cambio de modelo estructural:
1. Formación
2. Innovación
3. Patentes
4. Exportación tecnológica
Nada nuevo bajo el sol lo que hace sospechar que más que palancas son apalancamientos en el sentido cañí de la palabra. Servidor, que no es ni demasiado joven ni demasiado viejo, sino justamente lo contrario, está aburrido de este mito del eterno retorno que es la revolución pendiente, primero Jovellanista, después Costista y finalmente fatalistamente Unamuniana con fuerte acento Orteguista. En otras palabras, un clásico de nuestra literatura.
Venir a estas alturas de la historia con la reivindicación de las Cuatro Palancas, resulta aburrido, cuando no chusco. Más que palancas debiéramos calificarlos de Jinetes de la Apocalipsis, aunque ciertamente pesados por su insistencia en aparecer en escena. La evidencia “palmaria” (término muy utilizado por los políticos de los noventa y que siempre me ha hecho mucha gracia) de activar estos cuatro elementos es una cuestión vieja por no llamarla antigua. Seamos justos y sinceros. Nos dejamos llevar por el resplandor y el oropel del gran milagro español y nos creímos campeones del mundo mundial sin pasar por la copa confederaciones.
El ladrillo tiene culpa, nadie lo duda, pero no exclusiva. Los chorizos, disfrazados de ejecutivos y consejeros hechos a sí mismos, tienen culpa, pero no mayor que los políticos y agentes sociales que acudieron a sus romerías. Pero, no nos engañemos, todos, hasta el más tonto con una tiza, éramos conscientes de nuestro atraso secular en la reforma real de un sistema educativo centrado en dar peces, pero no enseñar a pescarlos. Todos, hasta el más imbécil con una pizarra, éramos conscientes de nuestro ridículo esfuerzo en Innovación y potenciación de la I+D+I. Prácticamente todos, hasta lo más bobos con un borrador, sabíamos de la inútil soberbia de adquirir compañías segundonas allá y más allá como si de una innovación por adquisición se tratará. Y casi todos conocíamos el falso argumento de la fortaleza de nuestras entidades financieras ajenas a la trampa para tontos en la que los demás habían caído.
En fin, ahora asistimos a un espectáculo inusitado: los imbéciles ponen la pizarra, los bobos el borrador por si acaso y los tontos trazan con una tiza curvas y cifras, milagros y palancas.
Sinceramente, da vértigo.

miércoles, 24 de junio de 2009

Q10 EL MALO DEL LOBO FEROZ


Las Q10 de esta semana.

* VICENTE FERRER
¿Por qué el Vaticano es tan clasista en un ideario de igualdad y justicia?

* EL LOBO FEROZ
¿Por qué es siempre el malo de la película? ¿Por qué no se habla de Cenicienta la Diletante, los Cerditos Marranos o los Enanitos Misogenos?

* BERLUSCONI
¿Por qué suena todo esta historia a imperator tiberino en su paraíso de Capri? ¿Es el resultado final de la indiferencia absoluta del ciudadano italiano hacia la clase política?

* ESPAÑOLITOS
¿Muestran la misma indiferencia? Es posible, pero nuestra clase política no ha alcanzado esos estadios aunque todo puede llegar.

* CAJAS
¿Existe alguna duda de la grave situación que atraviesan las cajas de ahorros? La morosidad todavía no ha tocado techo, está a la espera del fin de los subsidios de desempleo de gran parte de la primera oleada de afectados por la crisis.

* EL AVIÓN
El famoso avión aborta un despegue en Togo por problemas mecánicos. ¿Demasiadas horas de vuelo?

* MIGUEL ÁNGEL BLANCO
¿Por qué hemos matado a unos enemigos de nuestro pueblo? Porque ellos nos han obligado a ello. ¿No se le ha ocurrido a Manuel Gallastegui que el también puede ser un enemigo de su pueblo y nadie le descerraja dos tiros?

*NEDA AGHA SOLTAN
¿Podemos hablar de periodismo ciudadano? ¿Han nacido los corresponsales de guerra anónimos? Irán: lo que empieza mal, debiera acabar bien.

* JOSE MARÍA AZNAR
¿Qué piensa de la crisis? Pshhhh.

* CRISTIANO RONALDO
¿Quién es ese señor?

Menos mal que ya ha llegado el verano, calienta el sol.

lunes, 22 de junio de 2009

EL FUTURO POSIBLE


La pasada semana, durante el coloquio que cerró la jornada técnica en la que participe en Oviedo, una de las preguntas fue la ya acostumbrada en torno al futuro. ¿Qué nos espera? ¿Cómo será el futuro?
Mi respuesta, desde la perspectiva de la Innovación Estratégica, fue la que ya he comentado aquí en algunas ocasiones: el Futuro con mayúsculas es “posible” no “probable”.
Los humanos concebimos el Futuro como algo incierto por desconocido, ajeno a nuestros deseos o aspiraciones al encontrarse en un punto de una línea de recorrido no alcanzado. En cierta forma, esta es una visión acertada en lo que a un buen número de fenómenos de regulación natural se refiere. Sin embargo, desde una perspectiva de progreso y evolución económica, la incertidumbre y carácter aleatorio del Futuro no tiene demasiado sentido. De hecho, la exploración de lo “probable” no es, al fin y al cabo, otra cosa que la aceptación de un protagonismo humano limitado.
El Futuro no se predice, en todo caso se construye. Ciertamente esta construcción puede verse mediatizada por factores naturales incontrolables o reacciones humanas impredecibles, pero el Futuro no será como una inteligencia abstracta y desconocida lo diseñe, sino como nosotros queramos que sea. Sólo desde esta convicción es posible entender el presente y articular nuestras acciones más allá de la resignación basada en la impotencia de no llegar a comprender los mecanismos complejos que rigen nuestras relaciones.
Por tanto, a la pregunta ¿cómo será el futuro?, entendida en el contexto de la actual crisis económica, la única respuesta posible debe ser: como nosotros queramos que sea. En consecuencia, en estos momentos, cualquier escenario de futuro que se intente construir, sólo puede estar basado en la probabilidad, nunca en la posibilidad.
Existen ciertos condicionantes que pueden facilitar la visión de algunos grandes rasgos como es caso de dar respuesta efectiva al “cenit del petróleo”, conseguir alcanzar la frontera irreversible del 2050 con unas acciones decididas de contención del calentamiento global, responder al reto de la perdida dramática de biodiversidad o alcanzar una situación, al menos esperanzadora, en la igualdad de oportunidades y acceso al “progreso” del conjunto de la población mundial. Todas ellas, deben influir no en nuestras decisiones de futuro, sino en la forma en que lo deseemos.
Por otro lado, existen también algunos deseos, todavía no traducidos a convicciones globales: el valor de la Inteligencia y su capacidad en el procesamiento de información para la generación de conocimiento como respuesta esperada al avance tecnológico y su influencia en nuestro papel productivo o el deseo de aspirar a un nuevo Renacimiento antropocéntrico que alumbre un sistema económico profundamente humano.
Todo ello, puede ayudar a aventurar algunos grandes trazos de futuro. Pero en lo esencial, todavía no tenemos un bosquejo aproximado de cómo queremos que se desarrollen las cosas. En estos momentos, bastante tenemos con aceptar que el mundo tal como lo concebimos desde hace ya tres siglos está cambiando de una forma radical. No sabemos si esta será de la última de una serie de crisis puntuales que han alimentado a la auténtica Crisis que se inició tras el ilusorio crecimiento de los años cincuenta, una vez concluida la era de los “grandes conflictos”. Pero, al menos, estamos empezando a admitir la necesidad de pensar en el Futuro Posible.

domingo, 21 de junio de 2009

DESIGN BLOGS DE DISEÑO


Entre los muchos amigos y colegas que tengo en la Red, muchos de ellos son apasionados del diseño en cualquiera de sus variantes. Sus blogs merecen una visita.

*ECHARUNREMIENDU
*FURNITURE AT SMARTGAZER. COM
*THE URBAN LIFE STYLE
*DISEÑANDO LA VIDA
*DEXIGNER
*WEB URBANIST
*FLORES EN EL ÁTICO

viernes, 19 de junio de 2009

NO TENGO MIEDO


Hace algunos días leía los peligros de volcar tus opiniones en la red por la eterna permanencia de los mismos. En otras palabras: cuidado con lo que dices porque te perseguirá toda la vida.
Siguiendo esta premisa, hace tiempo que debiera haber convertido este blog en un espacio aséptico dedicado al cultivo de las orquideas o al coleccionismo de vitolas. Pero, a estas alturas de la vida, poco le van a perseguir a uno sus ideas. Además, las ideas no están para que te acosen, sino para defenderlas con coherencia y dignidad.
Coherencia y dignidad es lo que me hacen escribir estas líneas inmediatamente después de recibir un flash informativo: ETA mata a un policía con una bomba en Vizcaya.
Podría ignorar el suceso. Podría escribir sobre la situación financiera, el liderazgo, la innovación disruptiva o las lechugas del huerto Obama. Podría hacerlo pensando en la huella ideológica que puedes dejar impresa en la red. También podría cerrar hoy mismo este espacio y renunciar a defender mis ideas. Pero coherencia y dignidad son dos condiciones ineludibles para que mañana pueda seguir viviendo.
Quizás pierda definitivamente algunos lectores. Quizás confirme mi presencia en alguna lista negra de las muchas que existen. Quizás pierda algún trabajo en el futuro. Quizás alguien me recuerde estas palabras cuatro o cinco años después. Pero coherencia y dignidad es algo que jamas debiéramos perder.
Podría haber recurrido a otros valores, pero la coherencia es personal y la dignidad debiera ser universal. La una puede admitir ideas y actuaciones radicales, pero la otra te recuerda que, por encima de todo, eres humano y como tal debes aspirar a un comportamiento inteligente cuando la violencia es la expresión máxima de ausencia de inteligencia y humanidad.
No se quien era Eduardo Pueyes García, inspector de la Policía Nacional. No se si quien lo ha asesinado lo ha hecho por venganza, convicción ideológica o coherencia personal. Pero nunca podrá decir que lo ha hecho por dignidad. Esto es algo que le acompañará durante toda su vida, tarde o temprano se hará presente y le hará caer en la cuenta de que nació para desperdiciar su vida y la de los demás. No quisiera estar en su pellejo.
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jueves, 18 de junio de 2009

Q10. EL PRESIDENTE EN EL PALACIO DE LAS CORRIENTES DE AIRE


Quisiera iniciar hoy algo con cierto carácter fijo, llamémosle “sección” aunque su nombre será Q10 y estará anclada en los jueves. Así que ahí les dejó con mi primera Q10.
1. Hablando de Zapatero. ¿Es un táctico frenético? ¿Se mueve por estímulos? ¿Padece estrategofobia? También puede pensarse que es simple y llanamente lo que llamamos un “queda bien”.
2. ¿Por qué insisten los políticos en matar al mensajero del futuro? Hablo, por supuesto del Presidente del Banco de España. ¿Por qué no consiguen entender que Fernández Ordoñez habla de posibles y no de probables?
3. ¿Existía alguna duda sobre las “dificultades” que le esperan al sistema financiero español en el 2010? Quizás era de las pocas cosas que teníamos claras desde el inicio de la crisis. ¿Será el fin de las Cajas tal como las conocemos? Las cuentas no salen.
4. ¿Existe la Justicia Distributiva? ¿Sería más adecuado hablar de Justicia Redistributiva? ¿Los pobres catalanes son más ricos que los pobres andaluces?
5. ¿Tiene alguien dudas de que uno de los primeros frentes de innovación estructural es el referido al mercado laboral? ¿Por qué se empeñan los distintos actores en suponer que la solución pasa por imponerse a las tesis del contrario? ¿Nadie va a asumir que una innovación del mercado laboral no tiene por qué perjudicar al conjunto de los ciudadanos? ¿Nadie intentará explicarlo?
6. A propósito de la aparición de la última entrega de Millennium. ¿Por qué esa insistencia en convertirnos en el país de los prólogos? ¿Aspiramos también a no faltar a ningún epílogo? Buenas intenciones nunca han sido buenas compañeras. Preocuparse sin ocuparse es la esencia de la metafísica del español errante.
7. Hablando de Obama. ¿Es un líder inspirador o un reformista por huevos? Una pista: en más de una vez ha insistido que su misión es salvar la esencia de Estados Unidos. ¿A qué se refiere? ¿Wall Street, Yosemite, Ellis Island?
8. Quintas profetiza la llegada del Diluvio. ¿Invertirá la CECA en la industria de la madera? El oso puede subirse al madroño y el niño de Miró reconvertir la hucha en flotador. Algo se nos ocurrirá.
9. Siguiendo con la trilogía Millennium, ¿No será la Moncloa ese palacio de las corrientes de aire? ¿Podría ser Espe Lizbeth la de la cerilla? Nadie puede negar que a Don Mariano no le gusten las mujeres.
10. ¿Va a responder usted a alguna de estas cuestiones en el apartado de comentarios? ¡Vamos! Un día es un día.

miércoles, 17 de junio de 2009

LA MANO NEGRA, BLACK HAND DERRIBADO


Dicen los entendidos que la Economía nació como ciencia moderna en los húmedos y brumosos prados escoceses de la mano de Adam Smith cuando publico An inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, es decir La Riqueza de las Naciones. Pero este nacimiento también vino acompañado de otro descubrimiento que resultaría trascendental para el Capitalismo: la Mano Invisible.
Smith completó su estudio después de concluir el Grand Tour, es decir una gira por los países ilustrados del Continente a la que tan aficionados eran los baronets y gentes leídas de la Isla. La obra del comisario de aduanas escocés desbordó los principios mercantilistas y fisiócratas que habían interpretado el mundo de las relaciones económicas hasta ese momento. Su concepto del valor, la división del trabajo y el papel preponderante del mercado estaban destinados a cambiar la faz de la Vieja Europa. Pero, por encima de todas estas ideas, sobresale en repercusión y pervivencia el concepto de la Mano Invisible que no es otra cosa que la tendencia equilibradora de las rentabilidades sectoriales como mecanismo explicativo de las pautas de movimiento de los flujos de capital.
Hasta aquí lo que cualquiera puede encontrar con dos clics de ratón. Sin embargo, quizás muchos no sepan que la Mano Invisible fue en realidad un concepto residual en el corpus teórico de Smith, hasta el punto de que sólo la cita en tres ocasiones en un ensayo extenso como es La Riqueza de las Naciones. De hecho, la Mano Invisible era una vieja idea que rondaba la cabeza de Smith desde la publicación de su Teoría de los Sentimientos Morales en 1759. Es más que probable que Smith no reservará una función significativa a la idea en su ensayo. Más bien fue la necesidad y el oportunismo posterior quienes se encargaron de elevar a sublime una ocurrencia menor. La Teoría de la Mano Invisible ha derramado ríos de tinta desde entonces y ha servido para explicar lo inexplicable, justificar lo injustificable y hacer sobrevivir a duras penas a un enfermo crónico en los últimos cincuenta años.
Si aceptamos su rango de teoría, puede tener dos interpretaciones, según el caso y la necesidad. Podemos interpretarla como una teoría funcionalista o como deísta que, en realidad, es un funcionalismo elevado a la máxima potencia. Pero, en cualquier caso, como teoría deja mucho que desear ya que, al fin y al cabo, no garantiza nada más allá de la pura y simple casualidad. En otras palabras, un sujeto puede sentirse tranquilo de la repercusión de sus malvadas acciones económicas, la Mano Invisible siempre vigila y acabará por poner a cada uno en su sitio garantizando la riqueza como bendición. Sin embargo, a fecha de hoy, la Mano Invisible ha demostrado su eficacia como “confesionario exprés”, pero su absoluto fracaso como garante de la distribución equitativa de la riqueza o, al menos, de una mínima seguridad de vida.
Media humanidad le debe prácticamente todo a la Mano Invisible mientras que la otra media se resigna a identificarla con el Destino o un Dios imparcial que hace valer la garantía del libre albedrio. Incluso Karl Marx tiene una amplia deuda con el escocés al permitirle explicar la Teoría de la Mano Invisible con otra teoría no menos conocida: la lucha de clases.
Por mi parte, puedo decirles que soy optimista al respecto. Creo que Adam Smith resolvió algunos de sus problemas funcionales recurriendo a la antigua formula de remitir a los interesados al departamento de quejas interestelar. En otras palabras, la Mano Invisible no es otra cosa que el recurso al desconocimiento de Smith hacia las regulaciones del mercado, fenómeno que nunca llegó a explicar de forma satisfactoria.
En los últimos tiempos, muchos han tratado de recurrir, una vez más, a la Mano Invisible como última justificación de los desmanes característicos de un sistema en proceso de extinción o bien como vana esperanza de salvación. Al final, los humanos recurrimos a lo desconocido como estrategia para justificar lo conocido. Por ello, sería más justo hablar de la Teoría de la Mano Negra.

domingo, 14 de junio de 2009

POBRES Y RICOS, TONTOS Y LISTOS


DE POBRES Y RICOS - PARTE II
Herr Marx ironizaba con la abundancia de los pobres y Herbert Spencer afirmaba la escasez natural de los ricos, dando lugar a lo que conocemos como darwinismo social, una doctrina que alcanzó notoriedad en el Nuevo Mundo y llegó a su máxima interpretación en el Viejo Mundo de la mano de un oscuro cabo llamado Adolfo Hitler, aunque esa es otra historia.
Spencer sacralizó la división entre ricos y pobres. Acabó con la Incertidumbre de los primeros, y al mismo tiempo aseguró a los segundos la Certidumbre de la igualdad de oportunidades en un entorno libre y competitivo.
Pero la dualidad es uno de los Modelos Estables más viejos y conocidos. Los pobres no existirían sin los ricos y viceversa, los unos son la razón de ser de los otros. El Blanco y el Negro, el Ying y el Yang, la Miseria de la Filosofía y la Filosofía de la Miseria, Herr Marx y Mister Spencer. Hasta el propio Dios pareció necesitar a su otro Yo, según nos cuenta el Génesis, cuando exclamó, después de ver como Adán y Eva sucumbieron a la tentación de la serpiente: “Hete aquí que el hombre se ha convertido en uno de nosotros, conocedor del Bien y del Mal”.
¿Uno de nosotros? ¿El Dios omnipotente y único? ¿Quién es el otro? Aquello fue el principio de nuestra historia en libertad. Y todo, a partir del conocimiento de la primera gran dualidad estable: el Bien y el Mal. Desde entonces, la dualidad ha alcanzado a casi todo, incluida la Inteligencia.
Hasta no hace mucho se hablaba con naturalidad de gente inteligente y menos inteligentes. Como se puede deducir fácilmente, el segundo grupo era más numeroso y de ahí el plural. Pero además, la gente menos inteligente estaba, a su vez, dividida en distintos subgrupos que iban desde los simplemente bobos a los increíblemente idiotas, pasando por los inesperadamente imbeciles. Todo estaba perfectamente delimitado. Tanto es así que el idiota no superaba los dos o tres años de edad mental, no hablaba y rara vez andaba o cuidaba su aseo. El imbecil, además de un término procaz y agresivo, era aquel personaje más inteligente que el idiota ya que su edad mental se movía entre los tres y los siete años, hablaba con dificultad, pero su inteligencia práctica le permitía realizar pequeños trabajos manuales útiles para la comunidad.
La historia de la Sicología de la Inteligencia presenta algunos personajes que serían capaces de convertirla en un relato de Lovecraft, apto para no dormir. Francis Galton, elegante caballero victoriano pasa por ser el primer mortal que intentó medir directamente la Inteligencia. La conclusión de sus estudios fue inestimable para los ricos de su época: las desigualdades sociales no eran otra cosa que el reflejo de graves diferencias entre las capacidades intelectuales. La teoría afirmaba la validez de la herencia inteligente como argumento para la preeminencia social, sin embargo, no tuvo en cuenta otro tipo de herencia: la material. En otras palabras, un imbecil podía llegar a ser Conde de Mountchester por el simple hecho de haber heredado tierras y palacios. Esta nimiedad de los hijos de los pobres ricos originales resultaba ser también el punto débil de las ideas de Herbert Spencer. Uno podía admitir la riqueza como producto de la selección natural en aquel que la había amasado, pero los herederos no pasaban por selección alguna. Como la misma palabra indica, heredaban, es decir tenían simple y llanamente la extraña fortuna de haber nacido ricos.
Curiosamente, Francis Galton era primo de Charles Darwin. Pese a ello, es dudoso que invitara a sus cenas de cumpleaños al hombre de las Galápagos. Sin embargo, de haber sido contemporáneos, Herbert Spencer y Beecher ocuparían sitios de honor en la mesa; Benito Aranzibia se limitaría a servir la Vichyssoise, fría por supuesto.
Tanto insistió Galton en sus ideas innatistas sobre la Inteligencia que acabó convirtiéndose en portavoz del movimiento eugenésico que abogaba por un control de la natalidad de las gentes inferiores y, en consecuencia, menos inteligentes. No hay duda de que Adolf Hitler no se hubiera perdido ni una sola cena de cumpleaños del baronet inglés.
Henry Goodard es otro personaje notable en la Historia de la Inteligencia. No inventó los famosos test de inteligencia, pero sí fue el primero en popularizarlos al otro lado del Atlántico. Estos test miden el CI, es decir el cociente de inteligencia. Hoy en día, los test de CI mueven un negocio multimillonario y continúan siendo objeto de controversia en relación a su validez. Dejando esto de lado, sí es posible afirmar que los primeros test tenían como objeto confirmar las teorías deterministas biológicas que defendían a capa y espada el concepto de inteligencia genética. Era como poner a un rico heredero y a un pastor, recién salido de los prados de montaña, a jugar al golf. Es fácil adivinar quién completaría antes el recorrido. En cualquier caso, sería curioso medir la inteligencia del aprendiz de millonario en el arte de hacer queso de cabra.
Goodard realizó un interesante estudio en 1912, analizando las expresiones faciales de un conjunto de campesinos de baja condición social y económica, llegando a la conclusión de que sus caras reflejaban bajas cotas de inteligencia que provocaban su situación. Para desgracia de Goodard y su memoria, hace algunos años se descubrió que las fotos que había tomado de los campesinos para argumentar su teoría habían sido manipuladas y retocadas.
Podría escribir un grueso volumen con anécdotas de personajes como Galton y Goodard. Sin embargo, confesaba en el inicio que este no es un libro de viajes, pero habla de un viaje en busca de la Incertidumbre que asegure esperanza y esta, a su vez, Progreso. Frente a la certidumbre innatista de la Inteligencia por nacimiento, debemos defender la incertidumbre ambientalista que habla de vivir para aprender a ser más inteligentes. Vivir para conseguir Conocimiento que nos permita superarlo generando Progreso y, en definitiva, alcanzar la Sabiduría. Y todo ello, sin negar el factor de influencia genética, pero sin caer tampoco en un darwinismo psicológico radicalmente estable y por ello intolerable.
Pero volvamos al cociente de inteligencia y, en concreto, a una cuestión que siempre ronda en el ambiente: ¿Existe un mínimo de CI que nos aleje de las brumosas fronteras de la idiotez o, al menos, nos mantenga en la tediosa y segura mediocridad?
Al parecer, existe una respuesta, pese a la complejidad de la pregunta. Y no solamente eso, hasta se registra un apreciable consenso a la hora de establecer un gradiente valorativo a partir de las distintas puntuaciones obtenidas en los test de Inteligencia. Así, quienes obtienen 150 o más son considerados Superdotados, 130 otorga la categoría de Nivel de Inteligencia Muy Superior. Obtener una calificación entre 120 y 129, asegura ser definido como de Inteligencia Superior, mientras que 110 – 119 tan sólo asegura una calificación de Inteligencia Brillante por encima de lo normal. Entre 90 y 109 nos movemos en los limites de lo simplemente calificado como Normal. A partir de ahí, las cosas se ponen difíciles. Así, por ejemplo una calificación que oscile entre 70 – 89 empieza a ser sospechosa. Moverse en un 60 – 70 significa ser calificado como Retrasado Mental, si la puntuación desciende hasta los 50, el término Retrasado se acompaña del adjetivo Grave. Finalmente, los Imbeciles se sitúan entre los 50 y 25, y los Idiotas de ahí para abajo. En cualquier caso, siempre existe la posibilidad de argumentar aquello de un mal día lo tiene cualquiera.
Es probable que alguien se pregunte si es posible alcanzar puntuaciones por encima de los 180 o 200. No sólo es posible, una mujer detenta el record mundial medido con 228 de C.I. En cualquier caso, parece ser una persona normal que disfruta de un trabajo normal en una revista normal, es decir no hablamos de un genio.

viernes, 12 de junio de 2009

LA BUENA NUEVA


DE POBRES Y RICOS - PARTE 1

La mansión parecía un inmenso bloque de cobre, repujado a la luz de los últimos rayos de sol de aquella tarde estival que tocaba a su fin en la desembocadura del rió Ibaizabal, popularmente conocida como El Abra. El césped, cuidado hasta el extremo, amortiguaba los inquietos bamboleos de gran parte de los invitados a la ceremonia. Tan sólo una anciana de soberbio porte parecía aguantar estoicamente en su silla de ruedas, firmemente sostenida por una joven de aspecto enfermizo, ante el peligro de precipitarse por la suave pendiente que descendía desde la villa hacia el mar.
El calor continuaba siendo asfixiante y algunas de las excelsas matronas comenzaban a echar a perder sus galas de convite bajo los efluvios corpóreos. Sus maridos y amantes hacía tiempo que se habían despreocupado de las gotas de sudor que intermitentemente recorrían sus rostros. Pero todos escuchaban con una mezcla de respeto y profundo placer interior las palabras que emergían de la boca de aquel extraño clérigo.
- No lo olvidéis nunca, queridos míos, el Señor así lo ha querido: La riqueza y la pobreza no son sino producto de una ley natural. Quienes me escucháis, afortunados mortales, sois la máxima expresión de la selección natural. Habéis superado duras pruebas, habéis confirmado el reto permanente de nuestra especie con su entorno, la promesa de la civilización. No debéis arrepentiros de vuestra fortuna, ni penséis en ocultarla. Es producto del esfuerzo y de la supervivencia de los más aptos. Vosotros, noble pareja que hoy acude aquí para ser unidos en el sagrado vínculo del matrimonio, sois la prueba viviente del éxito de vuestros padres, lo mejor de una generación que ha elevado a esta tierra a las más altas cumbres del progreso económico y moral.

El nombre de este curioso personaje no viene demasiado al caso, aunque si a alguien le interesa, diremos que se trataba de Benito Aranzibia, oriundo de Gaintza en la profunda Gipuzkoa y educado en las labores del sacerdocio en la vecina Bizkaia, ambos territorios de Euskal Herria o País Vasco, como se prefiera.
El padre Aranzibia jamás hubiera soñado encontrarse allí, bajo los arcos de medio punto que configuraban el porche de la mansión de uno de los hombres más ricos del País de los Vascos. Una fortuna edificada con el mineral de hierro y, sobre todo, con la desesperanza de cientos de familias llegadas de todas partes para contribuir a uno de los capítulos menos conocidos y más penosos de la Revolución Industrial en Europa.
Puestos a imaginar, jamás habría soñado con un auditorio tan selecto y refinado, pero sobre todo, tan emocionado y agradecido ante sus palabras. Y no era para menos. Todos los días no le absuelven a uno de la carga de la riqueza, confirmándole además como motor de progreso y ejemplo a imitar.
Hacia el Oeste, algunos miles de kilómetros más allá de la bahía, atravesando el Atlántico, otro pastor de almas iniciaba su acostumbrado sermón dominical. El lugar era Nueva York y el personaje Henry Ward Beecher. Los ricos del Nuevo Mundo acudían cada domingo a la iglesia de Plymouth, en Brooklyn, con un fervor fanático, buscando la bendición a su inesperada riqueza.
El mensaje de Beecher era el mismo que Benito Aranzibia llevaba a los prados de los ricos que habían vendido su tierra por un plato de lentejas cargadas de hierro. Pero el entorno cambiaba sustancialmente. La creencia se tornaba fe ciega en América, de la misma manera que las saludables visiones de bienestar y riqueza de las naciones propugnadas por Adam Smith se transformaban en un paisaje de dolor y desolación. De ahí la necesidad de un modelo estable que llegará más allá de la estatua que recibía a los nuevos peregrinos europeos antes de desembarcar en Ellis Island. Un modelo inequívoco: tierra de libertad y oportunidades, tierra de hombres hechos a sí mismos.
Y así fue como aquel día, dos siervos del Señor que nunca llegaron a conocerse, divulgaron la buena nueva a los pobres ricos de uno y otro lado del océano.
Pero no podía ser de otra forma. Aranzibia, como gustaba de llamarle la anciana de noble porte, prefería la lectura de Herbert Spencer a los latines y Evangelios. Hacía tiempo que soñaba con convertirse en el Beecher de la noble burguesía de Neguri- Ciudad de Invierno, que así se llamaba el lugar donde los sudores y desesperanzas edificaban mansiones. Pero en el País de los Vascos, a falta de estatua, una voz anónima recibía a los peregrinos con la fatalista promesa de Dante: “Oh, vosotros que entráis, abandonad toda esperanza”.

jueves, 11 de junio de 2009

DIOS AMA A LOS POBRES, POR ESO CREO TANTOS


“A mí los pobres no me dan demasiada pena con esto de la crisis. Al fin y al cabo, ya están acostumbrados. En cambio, las personas con una posición que ahora ven como pueden ser embargadas algunas de sus propiedades, esos sí lo están pasando muy mal”. Esta es la reflexión que ayer noche tuve oportunidad de escuchar de boca de una “señora” adinerada en un programa de reportajes de TVE1, mientras se probaba un traje de 3000 euros en una tienda de la llamada “milla de oro” de Madrid.
Sin comentarios no porque los merece. En primer lugar la cadena pública por su mal gusto al emitir un “reportaje de actualidad” en torno al lujo, definido por esta señora como “aquello que no necesitas, pero que te puedes permitir”. El reportaje, titulado “Los ricos también lloran”, auguraba una visión de las posibles dificultades de la clase adinerada de este país como consecuencia de la crisis. Sin embargo, finalmente, el programa se centro de forma casi exclusiva en mostrarnos casas, coches, joyas, fiestas y otros caprichos de los llamados “vip” de este país. Curiosamente, no sabría decir si de forma deliberada, el reportaje mezclaba hábilmente las intervenciones de los “ex – nuevos ricos” y los “ricos de toda la vida”. En otras palabras, el mal gusto reventado frente a la exquisitez insoportable; el exceso hortera frente a la costumbre interiorizada por educación temprana; el compadreo delatador frente a la distancia aséptica;la vulgaridad marbelli frente a la discrección de Sotogrande. Pero, más allá de esta curiosa estructura, el reportaje no fue otra cosa que un despropósito en estos tiempos que corren.
Sin embargo, todo ello me ha sugerido un asunto de fondo que siempre me ha atraído: ¿por qué los pobres son tan pobres y los ricos tan ricos?
Este fulano es imbécil se dirán ustedes. Quizás, no puedo asegurarles lo contrario. Pero, no me acaba de convencer la afirmación de Marx: “Dios ama a los pobres, por eso ha creado tantos”. Tampoco me seduce demasiado la teoría de Beecher que justificaría la riqueza a partir de un proceso de selección natural. Ya se sabe que cuando empezamos con selecciones naturales, acabamos en los hornos crematorios.
Sea como sea, el tema me atrae morbosamente. Por ello, mis próximos post estarán dedicados a sucesivas entregas sobre el problema. Ya están avisados por si no comparten esa malsana curiosidad.
Buenos días y buena suerte

miércoles, 10 de junio de 2009

LAS LÍDERES


La aparición del Liderazgo como cuerpo de ideas con vida propia es bastante reciente. De hecho, su estudio no comenzó hasta la década de los años 40 del pasado siglo. Y todo ello, a raíz del papel jugado por determinadas personas en una situación de crisis extraordinaria como fue la Segunda Guerra Mundial. Y no hablamos solamente de la cara positiva como fue el caso del liderazgo inspirador de Churchill, sino también del poco deseado liderazgo místico de Hitler que, por cierto, no debemos olvidar que impuso el adjetivo Führer que no significa otra cosa que “líder”.
El contexto específico en el que se desarrollaron los primeros estudios de liderazgo explica la tendencia univoca a centrar la atención en figuras políticas y militares de la época, así como a ir configurando el perfil de Gran Hombre como sinónimo de líder. Quizás, también esta sea la razón por la cual se hablaba de Gran Hombre en el pleno sentido de la palabra, es decir excluyendo a las mujeres de este fenómeno. Con el tiempo, esta concepción unidireccional del liderazgo tendió a atemperarse. Entre otras cosas, porque la realidad demostraba la existencia de las “Grandes Mujeres” como era el caso de Golda Meir, Benazir Bhutto o Indira Gandhi – apunten el hecho curioso de que es difícil encontrar “una líder” en el mundo occidental, salvo el caso, siempre discutible, de Margaret Thatcher-.
En la actualidad, hablar de Liderazgo es hablar de líderes empresariales, entre los cuales hay mujeres aunque no en la proporción que sería deseable. Pero lo realmente curioso es que, pese a estos “civilizadores avances”, las supuestas cualidades que deben adornar la figura de un líder son fundamentalmente masculinas por mucho que algunos se empeñen en calificarlas de “unisex” como si de Peluquería Paolo Cepillini se tratara.
Para tranquilidad de todas las “lideres encubiertas” – categoría oficialmente no reconocida, pero que no solamente creo que existe, sino que también está súper poblada- la “teoría de las cualidades” está francamente desfasada desde hace décadas y el enfoque compuesto que domina la escena hoy en día, es más bien una solución de compromiso que otra cosa. A la hora de la verdad, es difícil que alguien “aprenda a liderar” a partir de lecturas escogidas o asistencia frecuente a seminarios especializados de alto copete. El líder es el resultado de una mezcla explosiva difícil de conseguir que, entre otras cosas, contiene unas dosis de experiencia, conocimiento y reflexión de modelos, desarrollo personal emocional, intuición y genialidad, convicción y coherencia y, sobre todo, osadía en la inter acción.
No hace mucho, se realizó una encuesta exhaustiva con el fin de aclarar si era cierta la idea de que las mujeres preferían desempeñar tareas diferentes a los hombres en una empresa. El resultado fue abrumador: ¡no! Las mujeres no solamente pueden desempeñar las mismas tareas, sino que además, pueden destacar en algunas de ellas sobre los hombres por su propia condición: habilidades comunicativas y conceptuales. Pero no queda todo ahí. Puedo asegurarles que mi experiencia con mujeres en el campo de la innovación no tiene desperdicio. No hago distingos cuando tengo que trabajar con un equipo, pero si hay, al menos, una mujer, se me puede ver esbozar una sonrisa de satisfacción.

martes, 9 de junio de 2009

EL DISCURSO DEL MÉTODO


El próximo martes 16 participaré en una jornada técnica de Innovación organizada por la Cámara de Comercio de Oviedo. ”Escenarios para después de la crisis” es el título de mi ponencia y, aunque gire en torno al concepto de escenarios estratégicos, continuaré insistiendo sobre la necesidad de contar con un método operativo para el despliegue de procesos de prospectiva, generación y desarrollo de Innovación.
En este país, mal que nos pese, no se practica demasiada innovación y menos aún si tiene un componente estratégico. Sin embargo, la fiebre que nos ha asaltado en los últimos tiempos en torno a este concepto, ha propiciado una inercia hacia la práctica de procesos de esta naturaleza sin aseguramiento previo de un análisis de situación en condiciones que ilumine las necesidades específicas de cada organización y sus competencias, así como la interiorización de un método de generación de ideas y alternativas viables que puedan configurar un proceso de desarrollo final en condiciones de alcanzar la generación de valor deseada. Todo ello, sólo puede conducir a un alto índice de fracasos en los intentos.
Los fracasos nunca son fáciles de asumir, aunque contengan grandes lecciones de futuro. Pero en el caso de la Innovación se vuelven particularmente peligrosos para la salud emocional de la organización y, sobre todo, para su capacidad de reacción estratégica futura. No podemos olvidar que el inicio de un proceso de innovación en una organización supone vencer una resistencia natural al cambio y, en consecuencia, un esfuerzo emocional considerable. Un fracaso no sólo supone la decepción para quienes creyeron en la oportunidad y la sonrisa socarrona de los eternos escépticos. También reduce al mínimo la adhesión a futuros proyectos y oportunidades, dejando a la organización en una precaria situación a la hora de asumir la gestión del riesgo estratégico en el futuro. En estos términos, el fracaso puede suponer un coste irreparable para una organización que podía haber afrontado el cambio con notables posibilidades de éxito.
No saber por qué hay que cambiar es un mal comienzo. Desconocer qué hay que cambiar exactamente o cuándo hay que hacerlo puede dilatar peligrosamente un proceso. Pero no saber cómo cambiar es el mejor billete hacia el fracaso o la mediocridad. Un proceso de Innovación, sea cual sea su naturaleza, es un acto complejo, una peculiar combinación de convicción, cohesión, curiosidad, osadía, coherencia, competencias y, sobre todo, método.
El Discurso del Método, esa es la cuestión clave para una organización en el umbral de la innovación. Y esa es la primera condición que se debe exigir a cualquier ayuda externa que quiera participar en el proceso.

domingo, 7 de junio de 2009

GENEROUS MOTORS


Los norteamericanos siempre han demostrado su ingenio para jugar con las palabras y, una vez más, lo han demostrado al jugar irónicamente con las siglas GM que han designado durante más de un siglo a la compañía que William C. Durant fundó en 1908 a partir de un conglomerado de fabricantes agrupados en torno a Buick y Oldsmobile.
Hasta no hace muchas décadas, cualquier ciudad media de Estados Unidos ponía velas a San Crispín para verse agraciada con una planta productiva de GM. Tanto es así que al gigante del automóvil se le conocía como Generous Motors. Hoy en día, las ciudades bendecidas sufren la pesadilla de un futuro incierto bajo la tutela del gobierno Obama, pero eso no ha impedido que, una vez más, surja la sorna lingüística y el Generous Motors se haya transformado en Government Motors. Pero, ironías aparte, la caída de General Motors no sólo confirma la previsible llegada de la tercera burbuja de la Crisis del Milenio, después del estallido de la inmobiliaria y la financiera, sino que también confirma la necesidad de transformaciones estructurales de largo recorrido, cuando no de paradigmas globales.
El automóvil no sólo ha sido el motor de inercia de un crecimiento continuo desde hace más de un siglo. También ha sido la cuna de muchos de los principios que han regido el sistema productivo capitalista. La gran mayoría de las tesis que han sostenido el denominado management han tenido su origen en esta industria, desde el Fordismo al Jit japonés. ¿Quiere esto decir que asistimos al funeral de los paradigmas de gestión? No exactamente si nos atenemos al hecho de que la mayoría de ellos se han fraguado lejos de las grandes plantas productivas de Michigan, en concreto en las factorías japonesas, dirigidas por gentes dotadas de mayor capacidad estratégica en términos de visión de futuro y eficiencia. De hecho, los norteamericanos, después de la Segunda Guerra Mundial, dieron muestras de un chauvinismo supino, despreciando las inversiones en investigación y desarrollo y presuponiendo que las barras y estrellas del buy american les protegerían de la amenaza amarilla, pequeña, sobria y carente del glamour que se le supone a todo buen coche. El resto es historia. Una historia perfectamente retratada por Clint Eastwood en Gran Torino.
Japoneses y europeos no lo han hecho mal, pero tampoco lo suficientemente bien como para lograr capear la gran tormenta desatada en las llanuras del Medio Oeste y que, poco a poco, se está convirtiendo en la Tormenta Perfecta. Nadie duda de que la industria del automóvil sobrevivirá a la crisis, pero lo que nadie se atreve a aventurar es cuál será la nueva geografía del sector. Solo se habla de fusiones, canibalismo y nacionalización, pero apenas se vislumbran cuáles deben ser las nuevas reglas del juego. Todos están de acuerdo en que el sector requiere un cierto nivel de escala, no solo para remontar, sino también para refundarse y todo ello pasa por una reestructuración que traiga como consecuencia la desaparición de un buen número de marcas tal y como las conocemos en la actualidad. El escenario de futuro parece más que evidente en la Vieja Europa. Un escenario dominado por un mix de movimientos públicos y privados. Los primeros más probables en Francia, los segundos dominando a los alemanes. Estados Unidos tendrá que resignarse con la refundación a cargo fundamentalmente de los japoneses que han demostrado que se puede fabricar coches en aquellas tierras, pero “a la japonesa”. Indios y coreanos mantendrán un papel secundario que en forma alguna desdeñan. Y, en medio de todo ellos, rusos y chinos que se apuntan a la entrada encubierta por adquisición indirecta.
La caída de Generous Motors no sólo es una desgracia para el sector, también es una señal al igual que ocurrió con la desaparición de la monarquía, tal y como se la concebía, en 1789. Pero, de la misma forma, que los reyes continuaron y continúan existiendo para bien o para mal, el automóvil continuará siendo un motor de crecimiento, al menos hasta la mitad del milenio. Pero, de igual forma que Versalles o el Shombrum son lugares abiertos a la curiosidad de quienes quieren imaginar cómo fue aquella época, Detroit puede acabar convirtiéndose en un lugar de peregrinaje para melancólicos del american way of life. Pero nunca podrá ser un destino turístico internacional. No sólo por ser francamente horrible, sino también porque no tiene ninguna lección que enseñar como no sea la de la soberbia de quienes se consideraban más allá del bien y del mal.

viernes, 5 de junio de 2009

RIESGO POSITIVO


Después de mi último post desde Oviedo, creo que es obligado hacer una breve reseña bibliográfica ya que, aunque no lo parezca, existen multitud de ensayos interesantes sobre innovación, estrategia y liderazgo.
Mi recomendación se llama “Riesgo positivo” de Adrian J. Slywotzky, un ensayo centrado en dos palabras claves: problema y oportunidad. Dos términos que en el mundo de la Innovación Estratégica son sinónimas: un problema es una oportunidad. De hecho, el título completo de la obra de Slywotzky es “Riesgo positivo. Cómo convertir las grandes amenazas en oportunidades.
Es cierto que el ensayo presenta numerosos casos ilustrativos, pero sin la exageración que apuntaba ayer de otros libros y siempre como algo colateral al discurso principal. De hecho, el estudio comienza situándonos en el campo de batalla de Gettysburg, durante la Guerra de Secesión. El coronel J. L. Chamberlain supo descubrir el momento de máxima oportunidad en el punto de mayor amenaza y ello conllevó un giro total en la batalla.
Slywotzky parte del reconocimiento de los tres grandes tipos de “riesgo” clásicos: físicos, financieros y operativos. Pero, por encima de todos ellos, sitúa el Riesgo Estratégico con siete variantes que describe así:
1. Su iniciativa más importante fracasa
2. Sus clientes le abandonan
3. Su sector llega a una bifurcación en el camino
4. Llega un competidor aparentemente invencible
5. Su marca pierde poder
6. Su sector se convierte en zona cero de ganancias
7. Su compañía deja de crecer
Los riesgos son importantes, pero la prevención estratégica es fundamental: “el riesgo que se corre es inversamente proporcional a la preparación que se tenga para afrontarlo”.
Y no sigo adelante porque le quitaría el interés al asunto.
Buena lectura.
Riesgo positivo, cómo convertir las grandes amenazas en oportunidades
Adrian J. Slywotzky
Editorial Granica, Barcelona 2008
ISBN: 978-84-8358-102-5

miércoles, 3 de junio de 2009

DESDE OVIEDO CON AMOR


Como bien se adivina por el título, efectivamente estoy en Oviedo, tan bonita como siempre.Escribo de prestado, gracias a mi buena amiga Jimena, así que seré breve y,a ser posible, no demasiado intrascendental.
El caso es que esta mediodía me he ido de librerías. Me encanta hacerlo, sobre todo cuando estoy en ciudad ajena. Debo ser tan cándido que pienso que los libros serán otros. En cualquier caso, me he ido de librerías que en Oviedo es lo mismo que decir que me he ido a la Librería Cervantes que, además de nombre prosaico, tiene su encanto, aunque a mi me gustaba más antes de la reforma.
Por supuesto, he visitado la sección de Economía y Empresa y, dentro de ella, los estantes de novedades en Innovación. Y, por supuesto, me ha pasado lo de siempre, es decir que me he marchado con una guía de Kazajistan de Lonely Planet, un recetario de la Abuela Sagrario y un ejemplar del Jardinero Ecológico. De Innovación, nada de nada, como ya es habitual. Y es que libros los hay, a patadas diría yo, pero todos cortados por el mismo patrón: personaje de escuela de negocios o consultor que recopila cien o doscientos casos de éxito y te los cuenta.
No es que desprecie los éxitos ajenos, pero efectivamente son ajenos y, pese a que los principios, tácticas, rutinas y otros paradigmas emanan de observar la velocidad de caída de la manzana (homenaje a la tierra), en tales libros, no hay señal de nada que se le parezca. Grandes dosis de miradas "fuera de la caja" que decía en mi post de ayer, pero poco más que empirismo ingenuo.
Por si fuera poco, acabo de enterarme por un noticiero que ZP ha anunciado que nos vamos a convertir en "Potencia Científica Mundial" y, no sólo eso, también vamos a ir más allá de la Alianza de Civilizaciones para conseguir el desmantelamiento de armas nucleares, incluidas las del primo norcoreano de Chucky.
En fin, menos mal que hoy me espera una cena en Casa Román de Gijón.
Que ustedes lo pasen bien.

martes, 2 de junio de 2009

CREATIVITY - STRONGBOW

Creativity es una web recomendable entre aquellas que pasan revista a lo mejor de la creatividad publicitaria.
Esta semana, presenta un flash de Stongbow creado por Borja Alvaraz, Enrique Reija y otros creativos de St. Lukes. Merece la pena.

RENACIMIENTO


“Renacimiento 2.0, Empresa e Innovación en la nueva Economía” es un ensayo que Douglas Rushkoff escribió en 2005. Sin embargo, sus reflexiones continúan siendo validas en medio de la turbulencia que vivimos.
Rushkoff, una autoridad reconocida en medios de comunicación, tecnología y cultura, propone la llegada de un “nuevo renacimiento” que venga a ocupar el lugar de una sociedad industrial en decadencia. Este Renacimiento estará marcado por el “regreso a la caja” frente a la tendencia dominante en los últimos años que dictaba la necesidad de emular los éxitos de otros, el conocido “look outside the box” que ha supuesto el medio de vida de más de una escuela de negocios. Los desk research, market mappings, workshops trianeros y otros happenings han alumbrado los procesos de búsqueda de innovación, curiosamente basados en el análisis con lupa de lo que está haciendo el de enfrente. En otras palabras, algo tan increíblemente emocional y, en consecuencia, humano como es la creación ha pretendido ser reducido a normas y procesos jerarquizados, basados en las experiencias, no de las organizaciones, sino de quienes estuvieron trabajando con ellas con mayor o menor fortuna.
Estamos dejando atrás muchas cosas, verdades irrebatibles, paradigmas invencibles, arcanos mecanismos reguladores y mucha tecnocracia. Todo ello basado en lo que podríamos llamar Empirismo Ingenuo, basado en la búsqueda de casos ejemplares que ilustren y apoyen desde las ideas más evidentes a los desfases económicometafísicos más absurdos. Y es que no lo olviden, puestos a buscar evidencias, cualquiera puede encontrar casos que ayuden al auto engaño y al de los demás.
Steve Jacobs es un estratega que lleva la curiosidad y la osadía en sus venas. Pero es Steve Jacobs, no una pieza estándar que encaja a la perfección en una teoría de liderazgo o innovación. Jacobs es una curiosa combinación de motivación, visión estratégica, convicción, cooperación y juego. Pero insisto, es Steve Jacobs, no un molde que se pueda replicar siguiendo al pie de la letra una fórmula magistral.
Los genios, creadores, estrategas y líderes abren senderos, pero nunca construyen carreteras porque saben que el secreto no está en seguir su ruta, sino en encaminarse hacia el horizonte que han descubierto.
RE- nacimiento
RE – conocerse
RE – encontrarse

lunes, 1 de junio de 2009

ESCENARIOS Y OPORTUNIDADES


El escenario que configura la estructura del sistema económico español presenta una naturaleza mixta que obliga a contemplar con cautela cualquier pronóstico de reactivación que se anuncie en términos globales. Nuestra economía se verá beneficiada por la esperada tendencia de normalización, pero se verá también lastrada por los problemas estructurales específicos que arrastra. En otras palabras, esta situación pasará, como no puede ser de otra manera, pero en nuestro caso la recuperación será considerablemente más lenta y tendrá que ir acompañada de cambios necesarios, pero que producirán nuevas incertidumbres y temores.
Gran parte de nuestra estructura económica ha estado basada en la conjunción de una serie de escenarios dotados de fuertes crecimientos, pero caracterizados también por su fragilidad y volatilidad en el tiempo.
Cuando se produce una conjunción de este tipo, la necesidad de establecer estrategias de futuro se convierte en una cuestión de supervivencia. Estas estrategias no son otra cosa que la concreción de movimientos de innovación característicos de un periodo de declive de escenario. En estas situaciones, sólo es posible plantearse tres tipos de estrategias de innovación: disruptivas, orgánicas o de adquisición.
Decidirse por trabajar en una línea disruptiva, conlleva la asunción de niveles de riesgo considerables, así como la aceptación de ausencia de tiempos establecidos para la consecución del éxito. Si hablamos de disrupciones que deben generar nuevos escenarios capaces de sostener la reactivación y crecimiento de toda una estructura económica nacional, la cuestión se vuelve prácticamente imposible.
Optar por innovaciones orgánicas conlleva haber desarrollado previamente estrategias de prospectiva que permitan vislumbrar caminos y horizontes enfocados al posicionamiento en nuevos escenarios emergentes. Este proceso permitiría establecer la estrategia de “renacimiento” de la organización de forma progresiva. La otra opción, la innovación por adquisición, puede combinarse con la anterior si los recursos así lo permiten. La adquisición de empresas que ya están posicionadas en los nuevos escenarios, reduce el riesgo estratégico que debe asumirse y permite una migración menos traumática.
Sin ningún lugar a dudas, estas eran las dos opciones que debieran haber sido practicadas por las principales corporaciones españolas posicionadas en los escenarios en declive. Sin embargo, salvo honrosas excepciones sobradamente conocidas, esta estrategia ha brillado por su ausencia en la mayor parte de los casos. Las razones que lo explicarían pueden ser múltiples, pero hay algunas coincidentes:
• El falso convencimiento en la perdurabilidad de los escenarios
• La ausencia de liderazgo estratégico
• El orgullo y la avaricia desmedida
• La deficiente cultura empresarial de muchos de los grandes triunfadores del Milagro Español
• La ausencia de un proyecto de futuro por parte de los sucesivos gobiernos

Como decía al principio, saldremos de esta, algo más tarde que los demás, pero saldremos. La gran incógnita consiste en descubrir si seremos capaces de aportar un nuevo modelo de crecimiento o nos dejaremos llevar, una vez más, por la inercia.

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