martes, 31 de marzo de 2009

MEJOR NO ME MIRE A LA CARA


Tengo a Pedro Solbes por un hombre razonable y razonado aunque en algunas ocasiones no le acompañe su imagen. De hecho, no se la razón, pero cuando le veo, siempre me recuerda a un viejo beagle, aparentemente inmutable, pero activo, preocupado, pero ocupado. Sin embargo, no acabo de entender su repentina afición por jugar al gato y al ratón, aunque también es cierto que su jefe ya ni juega. Y es que intentar vender un jamelgo como si fuera un Cuarto de Milla es un ejercicio más que dudoso para un hombre de su talante. Ni los precios caen porque lo haga el precio del crudo, ni asistimos a un concurso semántico cuando insiste en calificar a una situación de deflación como inflación negativa.
Si en estas andamos, no es de extrañar que comencemos a poner cara de póker cuando le oímos insistir una y otra vez en la solida posición del sistema financiero español. Y, más aún, cuando acaba de comenzar el baile aunque sea con un cojo que ya se veía venir como es el caso de Caja Castilla La Mancha (CCM). Es la primera pieza, pero no será la última. El sector está atravesando graves dificultades por mucho que se empeñen algunos en hacernos creer lo contrario. La situación no ha llegado a ser dramática gracias a las normas regulatorias del Banco de España. Pero las inversiones mal calculadas y la ausencia de una adecuada gestión del riesgo estratégico van a pasar factura a otros no tan cojos como la CCM, pero con bastante retranca. Las intervenciones y las fusiones por problemas de liquidez van a ser inevitables y está claro que quienes van a salir perdiendo son los pezqueñines y no los grandes tiburones blancos del sector. El problema del capital regulatorio va a repetirse en breve y los candidatos ya tienen nombre por mucho que se empeñen en disfrazar la cuestión en un intento de evitar la fuga de capital por pánico del españolito de a pie. El pánico se trata con información que genere conocimiento cierto y no con mentiras piadosas de convento.
Lo más gracioso de todo esta tragicomedia del CCM es el aire de vendetta espontanea que se percibe. Y es que, una vez más, la realidad ha superado a la ficción por mucho que lo intente Almodóvar.

Me imagino que a estas alturas ya sabrán ustedes que el presidente de la caja en cuestión es Pedro Hernández Moltó, destituido fulminantemente por si las moscas y, sobre todo, por su nefasta gestión. Quizás lo que no sepan algunos es que el personaje en cuestión es ex – diputado socialista y fue nada menos que portavoz del partido en la Comisión de Economía del Congreso en los noventa. Ya apuntaba maneras entonces y no era un secreto que el acta de diputado se le quedaba pequeña. Maneras duras y hasta de una crueldad gratuita que acabaron plasmándose en aquel “Míreme a la cara” que le concedió un minuto de gloria. Por si no lo recuerdan, el interfecto bramó aquello de “Señor Rubio, ¡míreme a la cara! ¡De frente! Me recuerda, no?” a un Mariano Rubio atrapado en su debilidad por las “inversiones bien documentadas”. El Gobernador del Banco de España era culpable, nadie lo pone en duda. Pero las formas y maneras fueron exageradamente gratuitas. Sobre todo, viniendo de un individuo que, pese a ser profesor de estructura económica, no le llega ni a la suela del zapato al señor Mariano. Y es que su gestión al frente de CCM no ha sido mala, solamente bochornosa. Aunque tampoco se podía esperar menos de un personaje de este perfil, carne de cañón de la Verbena del Ladrillo y de otras aventuras industriales de dudoso futuro. Ahora, quince años después, el Banco de España en la persona de Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha cumplido su vendetta con un “Señor Hernández, ¡no me mire a la cara! No quiero saber nada de usted.”

lunes, 30 de marzo de 2009

INNOTURISMO RURAL


La Innovación puede desarrollarse en base a una necesidad inmediata o a partir de la convicción de una organización en sus propias potencialidades para generar valor de futuro. En el primer caso, los resultados pueden ser positivos pero de consecuencias limitadas en el tiempo y el espacio. Sin embargo cuando se desarrolla un proceso de cambio basado en la convicción, los resultados no sólo trascienden a la innovación puntual, sino que también encuentran repercusión y replica como consecuencia de la generación de un escenario de negocio totalmente nuevo. Esto es lo que acostumbramos a llamar Innovación Estratégica.
La actual situación económica por la que atraviesa España obligará a muchas empresas y organizaciones a desarrollar procesos de innovación localizada como estrategia de supervivencia. Pero, por encima de la necesidad, es el momento idóneo para la Innovación Estratégica.
Por supuesto, son muchos los sectores que pueden estar llamados a iniciar este camino. En post anteriores he señalado el caso de la industria alimentaria, el sector energético, la biomedicina y, por supuesto el turismo. Pero, dentro de este último sector, quisiera llamar la atención del nicho específico del turismo rural.
El Turismo Rural cobra fuerza en España en la década de los ochenta como alternativa al clásico “sol y playa” y complemento de la actividad agropecuaria. Desde entonces su crecimiento ha sido espectacular en la casi totalidad de las CCAA que han sabido conjugar una formula estándar con las características específicas de cada una de ellas. Así, por ejemplo, el turismo rural balear es un turismo “interior” y basado en una oferta de muy alta calidad y precio. Programas como el Leader I – II acabaron de ayudar al despliegue generalizado. Sin embargo, 2008 se ha cerrado por vez primera con un saldo negativo en términos globales y las previsiones para 2009 no son mucho mejores al tratarse de un nicho de actividad especializado fundamentalmente en el cliente interno y urbanita, es decir español y con una tasa de ocupación limitada. Lo que se conocen como “escapadas”.
Este panorama parece indicar que no está el horno para bollos. Pero, en realidad, está para eso y mucho más, hasta tartas de alto copete. En otras palabras, es el momento de desarrollar un cambio estructural profundo que conduzca a un nuevo escenario de negocio, no sólo como salida inmediata a la crisis del sector, sino fundamentalmente como valor de futuro a medio plazo. Y todo ello por la situación del cliente habitual, es decir el españolito medio que, aunque parezca que no está para demasiados ruidos, intentará darse algún tipo de alegría o “compensación urbana” no solamente este año, sino también, al menos, los próximos cinco o seis.
Por tanto, no es el momento de articular medidas “ingeniosas” que permitan resistir, sino la situación ideal para iniciar procesos de prospectiva que permitan construir escenarios de futuro y determinen, en consecuencia, las acciones estratégicas a desarrollar en los próximos años. Y, todo ello, no solamente desde el ámbito autonómico, sino también fundamentalmente local y, mejor aún, comarcal.
Quien escribe es un enamorado de este tipo de turismo o, mejor aún, cultura del tiempo libre que conoce multitud de establecimientos de todo tipo, sobre todo en la franja norte. Pero evidentemente no soy un experto del negocio aunque como mediador en Innovación Estratégica me atrevo a aventurar algunos consejos.
En primer lugar, es importante olvidar la “necesidad inmediata” que sólo puede conducir al oportunismo, los parches y la ligera modificación de un modelo que necesita cambiar. Hay que pensar en términos de Futuro y poniéndose como objetivo el desarrollo de un nuevo escenario.
En segundo lugar, hay que evitar caer en algunos de los vicios adquiridos en los últimos años. El intrusismo ha sido mal compañero. Cuento con muchas anécdotas de casas y hoteles rurales “con encanto” regentados por urbanitas exiliados que han confundido sus deseos de escapar de la monotonía con el chollo de un trabajo en el que no hay que trabajar, basta con ser “majo”. La baja cualificación profesional ha sido otra de las “no conformidades” del sector. Nadie duda que, en muchos casos, esta actividad ha sido el complemento ideal para unos ingresos agropecuarios parcos, pero la complementariedad no puede explicar ni justificar la baja calidad del servicio. Por último, la catalogación del cliente de forma limitada ha perjudicado notablemente la evolución de un sector que, de partida, debiera ser punta de innovación en este país. Existirán muchos otros factores que podrían definirse con claridad en un proceso de prospectiva previo a la construcción de escenarios de futuro, pero me limito a lo que conozco que, seguramente, será lo superficial.
En tercer lugar, a la espera de un análisis estratégico más específico y a los condicionamientos concretos de cada lugar, me atrevería a formular algunas recomendaciones de partida.
• INTERFLUJO: el nuevo modelo debiera construirse a partir de un escenario global de carácter comarcal al menos. Deberían evitarse los proyectos locales y, más aún, las iniciativas particulares que no harían sino imposibilitar la construcción de un escenario generador de valor comunitario.
• DIVERSIDAD: el nuevo modelo debería generar una oferta diseñada con carácter global, pero dotada de especificaciones estacionales, básicamente centradas en dos periodos, el estival y el resto del año.
• INVERSIÓN: el nuevo modelo debe partir de la existencia comprobada de una oportunidad como es el bajo nivel de consumo actual que ha hecho desaparecer a ese “turista universal” que era el españolito en las dos últimas décadas. Pero debiera evitarse confundir oportunidad con saldos de medio pelo. No hablamos de aprovechar la situación para ofertar vacaciones de bajo presupuesto. Hablamos de trabajar con la oportunidad que se nos brinda para configurar un nuevo modelo basado en una oferta ambiciosa que vaya más allá de la escapada ocasional o del turismo familiar. Un Turismo Rural con una oferta INTEGRAL, PERSONALIZADA Y DE CALIDAD que genere valor añadido real y continuado a una comarca.
• INNOVACIÓN: un NUEVO MODELO que se caracterice por una competencia racional y complementaria. Una oferta con marca específica pero con trascendencia general. Una estructura global no solamente articulada en torno a la hostelería, la restauración y el patrimonio cultural. Un modelo sostenible y regenerador que escape al urbanismo salvaje y depredador.
Como decía en otro artículo, la botella no está ni medio llena, ni medio vacía, simplemente hay que diseñar otra.

domingo, 29 de marzo de 2009

PRESERVATE BENEDICTO


Se imaginan ustedes al señor Obama aleccionando a sus conciudadanos sobre la oportunidad de consumir cereales McPato o la no conveniencia de cepillarse los molares doce minutos después de cada ingesta. Evidentemente, no aunque existan ciertos personajes de opereta bufa que acostumbren a hacerlo como es el caso del majadero Chávez en sus alocuciones semanales.
En estos días que vivimos la libertad de expresión vive sus altibajos como ya es costumbre desde el principio de los tiempos. Aunque todavía puede uno plantarse en el medio del paramo y cargarse en la madre del primer político que le venga a la cabeza. Siempre y cuando haya oteado previamente el horizonte en busca de presencias o haya comprobado que debajo del pedrusco en el que apoya su bota derecha no se encuentre oculto un micrófono de quinta generación. Esto último está al alcance de todos los mortales sea cual sea su condición o rango. Incluso aquellos que ven restringida su libertad de expresión por razón de su cargo como sería el caso de Mariano, Zapatero, Berlusconi o Camuñas (alcalde de Ladrillejos de arriba) pueden escapar a la responsabilidad que les embarga con estas fugaces escapadas al monte. Esto también sería lo que podría haber hecho el bueno de Benedicto XVI en algún momento de su periplo africano ahorrándose el ridículo espectáculo que nos ha brindado a creyentes, menos creyentes, poco creyentes y nada creyentes.
Quizás lo único que podría salvar al Papa del ridículo celestial que ha protagonizado en relación con el preservativo sería conferir a dicho comentario el rango de solemne definición pontificia o declaración ex cathedra. Pero es dudoso que Benedicto XVI recordara en ese momento el dogma de infalibilidad papal y además, aunque así hubiera sido, es difícil que pudiera catalogarse de tal. Y es que la declaración debería reunir tres condiciones a saber:
1. El Papa debe hablar "como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos". (Si habla en calidad de persona privada, o si se dirige solo a un grupo y no a la Iglesia universal, no goza de infalibilidad.)
2. El Papa "proclama por un acto definitivo la doctrina". (Cuando el Papa claramente expresa que la doctrina es definitiva, no puede cambiar.)
3. El Papa habla "en cuestiones de fe y moral".
Como mucho podría acogerse a la tercera y última de las condiciones, pero no sería suficiente. Y está bien esto porque imagínense el cachondeo que supondría la aplicación de este dogma sin restricción alguna. Las ovejas podrían ser ballenas y estas podrían calificarse de percebes de Malpica o, si el pontífice tuviera mal día, le podría dar por excomulgar a todos aquellos que no cenaran una sopita Avecrem lunes, miércoles y viernes.
Si no podemos recurrir a la infalibilidad como última explicación del ridículo papal, no se me ocurren muchas otras alternativas que puedan salvar su prestigio y, en definitiva, el de la alta curia vaticana que no a su Iglesia (¿mayúscula?) de base. Porque, por si no lo saben, los religiosos y religiosas que dan testimonio de sus creencias en África, reparten preservativos a diestro y siniestro por dos razones fundamentalmente: son baratos y eficaces.
Todavía recuerdo los perfiles que los medios difundieron sobre el actual pontífice cuando llego a la silla romana. Entre sus muchas virtudes, una que se repetía con frecuencia era su alta preparación académica y sus conocimientos. No acabo de entender entonces estos disparates africanos. Más aún cuando la historia confirma una y otra vez que cuando la Iglesia pone en solfa a la Ciencia, acaba pidiendo perdón tarde o temprano. Aunque dudo que este hombre lo haga en vida, al menos con respecto a este ridículo episodio.
El lunes 18 de julio de 1870, dos meses antes de que las tropas italianas entraran en Roma y pusieran fin al poder temporal del Papa con la unificación y la consagración del Risorgimento, se reunieron en San Pedro 435 Padres conciliares bajo la presidencia del Papa Pío IX. Se hizo la última votación sobre la Infalibilidad Papal, en la que 433 padres votaron placet (a favor) y sólo dos, el obispo Aloisio Riccio, de Cajazzo, Italia y el obispo Edward Fitzgerald, de Little Rock, Arkansas, votaron non placet. Curiosa coincidencia temporal, no cabe duda. Pero el caso es que el dogma de infalibilidad ha pervivido con fuerza desde entonces. Incluso un resquicio de luz como El Vaticano II confirmó la dictadura ideológica de Roma: “Este santo Concilio, siguiendo las huellas del Vaticano I, enseña y declara a una con él que Jesucristo, eterno Pastor, edificó la santa Iglesia enviando a sus Apóstoles como El mismo había sido enviado por el Padre (cf. Jn., 20,21), y quiso que los sucesores de éstos, los Obispos, hasta la consumación de los siglos, fuesen los pastores en su Iglesia. Pero para que el episcopado mismo fuese uno solo e indiviso, estableció al frente de los demás apóstoles al bienaventurado Pedro, y puso en él el principio visible y perpetuo fundamento de la unidad de la fe y de comunión. Esta doctrina de la institución perpetuidad, fuerza y razón de ser del sacro Primado del Romano Pontífice y de su magisterio infalible, el santo Concilio la propone nuevamente como objeto firme de fe a todos los fieles y, prosiguiendo dentro de la misma línea, se propone, ante la faz de todos, profesar y declarar la doctrina acerca de los Obispos, sucesores de los apóstoles, los cuales junto con el sucesor de Pedro, Vicario de Cristo y Cabeza visible de toda la Iglesia, rigen la casa de Dios vivo.”
Con todo, el principio de ausencia de error, no está a salvo de ambigüedades en su interpretación en un intento de mostrar ciertos rasgos de lógica.
La infalibilidad del Papa es explicada por la Iglesia Católica como consecuencia de una especial asistencia que Dios hace al pontífice cuando éste se propone, por un acto definitivo y solemne, definir y enseñar como cierta y divinamente revelada una determinada doctrina sobre la fe o la moral.
La enseñanza de la infalibilidad pontificia no sostiene la inerrabilidad del Papa, esto es, la imposibilidad de que el Papa se equivoque en cualquier materia; tampoco sostiene que el Papa sea infalible cuando da su opinión particular sobre algún asunto; por último, tampoco sostiene que el Papa esté libre de tentación ni de pecado.
La doctrina católica sostiene que Jesús estableció su Iglesia fundamentándola en la persona de Simón Pedro (y, por consiguiente, de sus sucesores los papas), diciéndole "lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (por tanto, dándole potestad suprema), y a quien encargó la misión de "apacentar a sus ovejas" y "confirmar a sus hermanos" en la fe; además prometió que enviaría el Espíritu Santo para que gobernase la Iglesia y la iluminara con la verdad, y que Él mismo permanecería con ella hasta el fin de los tiempos. La conjunción de estas promesas son tomadas por la Iglesia Católica como fundamento de la doctrina de la infalibilidad, al entender que Jesús prometió una asistencia real y permanente a la Iglesia, por sí y por el Espíritu Santo, y especialmente a la persona a la que encargó confirmar en la Fe al resto de los cristianos: el Papa. De este modo la Iglesia entiende que es preciso que Dios preserve a la Iglesia, y al Papa que es su Cabeza Suprema, de cometer error en materia de fe o de moral, a fin de que pueda guiar correctamente a los pastores y los fieles y de que todos tengan seguridad de que la doctrina enseñada por ella es cierta.
En definitiva, Benedicto XVI debiera aclarar a la mayor brevedad posible un pequeño matiz: ¿expreso la ineficacia cuando no la maldad del preservativo africano en calidad de Papa o a titulo exclusivamente personal? Fuera cual fuera la naturaleza de su intervención, ayudaría también que accediera a justificar su argumentación con datos sólidos y comprobados, así como una confirmación del conocimiento de la verdadera realidad de la muerte en África.
Sinceramente, ¿qué diferencia puedo encontrar entre un personaje bufo como Chávez, un homicida de la verdad como Stalin y un hombre bueno como Benedicto XVI cuando todos ellos aprovechan su poder, reputación, cargo o figura para emitir opiniones libremente sin sopesar las consecuencias?.
Más sinceramente aún, ¿no debiera la Iglesia reflexionar sobre la necesidad de establecer la Gobernanza Vaticana?

jueves, 26 de marzo de 2009

LA GUERRA DE BOLONIA Y ESTUPIDECES AL USO


La resistencia al cambio es algo tan consustancial a la naturaleza humana como la firme creencia en el mismo como motor de progreso. Es esta aparente contradicción la que finalmente mueve nuestras existencias. Y en este contexto hay que enmarcar la Guerra de Bolonia que sacude nuestras facultades, fundamentalmente catalanas, en las últimas semanas.
Bolonia ni es la panacea, ni puede ser el final del camino, quizás tan sólo el principio de un cambio eternamente anunciado, pero infinitamente aplazado de algo tan caduco como el sistema universitario español. Una isla en medio de la nada que pretende reclamar su inocencia repartiendo culpas a diestro y siniestro, es decir antes y después del facto académico.
En estos días he tenido oportunidad de leer y escuchar juicios y valoraciones razonadas sobre la Guerra. Opiniones sobre las que se podrá estar más o menos en desacuerdo, pero, al fin y al cabo, honradas. Pero, frente a ellas, he tenido también la desgracia de perder mi valioso tiempo leyendo y escuchando sandeces, libelos falsarios, peroratas enciclopédicas, nacidas de los más arcanos temores y toda serie de imbecilidades propias de neo trotskistas de opereta.
La última de esta serie acabo de leerla en un diario catalán mientras paso el rato en un hotel de Madrid a la espera de tener el placer de cenar con vascos, madrileños y catalanes. Y es tal el cabreo metafísico que me ha provocado el citado escrito que me ha faltado tiempo para saltar de la cama, encender mi Mac y ponerme a la labor que, como ven, me ocupa.
El escrito en cuestión anuncia el Apocalipsis final con la entrada triunfal de Bolonia. La consagración de la herejía hedonista y el sacrilegio permisivo que asaltó en la década de los noventa las aulas de la Educación Primaria y Secundaria. La defunción de la memoria y el conocimiento. La bacanal de la vagancia, la orgia de la ignorancia llevada a su máximo extremo. Y todo ello dicho por un catedrático.
Bien, vaya por delante, que la Logse fue un paso en falso que nadie en su sano juicio puede continuar defendiendo. Pero como dijo el camarada Lenin, un paso atrás, dos adelante. O dicho de otro modo, lo que pudo tener de impulso al cambio, fue aprovechado por no pocos colectivos educativos que vieron la oportunidad para promover su propia reforma y hoy aseguran una oferta educativa integral y de calidad que, por cierto, no ve su continuidad en esa Barataria que es la Universidad.
En conclusión, nuestro sistema educativo de base, es decir 3 – 16 años, sigue necesitando una drástica innovación que no sólo salve la memoria, sino que asegure también el conocimiento. Porque, señor mío, nuestro cerebro necesita dos cosas: memoria y procesamiento. Necesitamos alimentarlo con datos e información que debe grabarse – memorizarse de forma ordenada y jerárquica en los fondos cognitivos – archivos base. Pero los datos y la información no sirven absolutamente de nada sin un procesamiento inteligente posterior que los convierta en auténtico Conocimiento. Dicho esto, permítame recordarle que si hay un lugar donde se prime la memoria y se olvide el procesamiento inteligente, ese templo se llama Universidad.
Las revoluciones no existen. Los cambios son las estrategias que utilizamos los humanos para transformar nuestro mundo. Estos cambios se realizan en ocasiones de abajo a arriba o viceversa, según sea el caso, azar u oportunidad. En este caso concreto, el cambio desde la base ha fracasado. En otras palabras, déjese de lanzar culpas a las clases educadoras inferiores y póngase a la labor porque la pelota la tiene en su tejado. Es decir, probemos de arriba abajo.
Bolonia debe percibirse como una oportunidad de cambio no como una amenaza a una estabilidad indeseable. La Logse no se percibió como oportunidad, sino como amenaza y ha acabado convirtiéndose en una molestia. Bolonia es una oportunidad para poner orden en su casa y convertirla en un templo de conocimiento activo y no en el Museo de la Historia del Conocimiento. Si lo logra, no dude que el cambio se extenderá hacia las capas inferiores.
A mi no me preocupan las protestas estudiantiles, me indigna la huida hacia delante de algunos trabajadores universitarios. No todos porque, como en farmacia, de todo hay y no son pocos los profesionales enamorados de su labor además de trabajadores universitarios.
Pero, mire usted, las personas no sentimos miedo ante el riesgo, sino ante el sentimiento de perdida. Si no que se lo digan a los estrategas del negocio de la incertidumbre por excelencia que son las aseguradoras. En consecuencia, estas rabietas que nos llegan no sería de extrañar que no fueran otra cosa que miedo, MIEDO con mayúsculas.
Miedo a no ser capaz, miedo a perder influencia, miedo a tener que aprender de nuevo, miedo a mantener una relación más estrecha y cercana con el otro protagonista de ese acto que se llama enseñar – aprender o, si prefiere, educar, miedo a no poder fabricar tanto paper, miedo al miedo.
No creo que Bolonia sea la última ocasión, habrá muchas más, pero, al menos convierta el problema en una oportunidad y deje de verlo como una molestia esperando que se lo solucionen los educadores de segunda división – léase maestros y profesores – o las universidades de la vida real que son las empresas.
Hasta entonces, le ofrezco mis más sentidas condolencias por la próxima defunción de su mundo caduco.
LA IMAGEN QUE ILUSTRA ESTE POST PERTENECE A LA OBRA GRÁFICA DE PAVEL KAPLUN

miércoles, 25 de marzo de 2009

SIX-SIX: CREATIVIDAD AL ALCANCE DE TODOS


El asunto del bricolaje tiene que ser apasionante, pero yo más bien me considero un auténtico manazas. En una ocasión, intenté colgar un cuadro y por poco me cargo la pared en su totalidad. Y es que hay dos cosas ineludibles cuando te enfrentas a una situación a resolver: método y herramientas.
Sobre el método para el desarrollo de procesos de innovación ya he hablado en otras ocasiones, pero de las herramientas no le he hecho con demasiada frecuencia. Quizás porque el catalogo es tan extenso y variopinto que no acabaría nunca. De hecho, recuerdo que en mis primeros trabajos, hace ya bastantes años, me empeñaba, con ese fundamentalismo que caracteriza al aprendiz, en enseñar a mis equipos una lista interminable de herramientas para cubrir los distintos pasos del proceso creativo de generación de idea y el posterior desarrollo de proyecto. El tiempo que siempre es sabiduría, me acabó convenciendo que la variedad está para seleccionar lo que es más adecuado para cada situación y perfil de personas que integran un equipo de innovación estratégica. Tanto es así, que hoy en día, tengo una caja de herramientas muy reducida y caracterizada por la sencillez de uso y eficacia en sus resultados. Si la situación o el equipo de trabajo reúnen un perfil específico, siempre tengo la caja b en la que guardo artilugios algo más complejos.
¿Cuál es la herramienta más eficaz?
Seguramente, me responderían que el Brainstorming con diferencia. Sin embargo, yo prefiero utilizarlo con mucha prudencia y sólo con equipos consolidados. Como ya dije en una ocasión, es la herramienta por excelencia, sencilla de explicar e interiorizar, pero tremendamente compleja de ejecutar por las limitaciones de carácter emocional que conlleva. El auténtico Brainstorming exige unos patrones emocionales y una cohesión de equipo que no es fácil de conseguir y, menos aun, en aquellos que comienzan.
Frente al Brainstorming, Osborn diseñó otra herramienta mucho más sencilla, insultantemente elemental diría yo, pero potente y eficaz. Hablo del Six-Six con sus cuestiones convergentes y divergentes, blanco y negro, positivo y negativo. Si además lo combinamos con una herramienta de representación gráfica y potenciación de interflujos como es el Mindmap, tenemos prácticamente la herramienta perfecta.
Diríamos que es algo así como esa llavecita que te encuentras junto con las instrucciones de montaje en un producto Ikea, bricolaje al alcance de todos

martes, 24 de marzo de 2009

PARDILLOS FOREVER


La última estrategia anti crisis del presidente Obama no parece tener demasiada buena acogida por expertos como Krugman o la prensa especializada. Es pronto para aventurar resultados, pero Obama lleva semanas sobre la cuerda floja y un movimiento en falso puede arruinar parte de su crédito. De momento, el ciudadano norteamericano no acaba de comprender la permisividad gubernamental con el escándalo de las retribuciones de los grandes ejecutivos de empresas señaladas como culpables de la actual coyuntura económica. Desgraciadamente, son muchas las razones que explican la pasividad ante este continuo expolio, muchas de ellas jurídicas, pero no debemos olvidar una mucho más evidente: la mayor parte de estos altos directivos contribuyeron de forma significativa a la campaña electoral de Obama.
Tratar de comprender el complejo entramado de relaciones de poder que sustenta a todo gobierno en Estados Unidos es una labor cuando menos compleja y digna de un trabajo de Hércules. Por ello, quien suscribe ni lo intenta, no sólo por incapacidad sino también por temor a acabar cayendo en el síndrome de la conspiración del que hablaba hace algunos días. Y es que una cosa es como quisiera uno que fuera este mundo y otra muy distinta como lo es en realidad.
Berlanga retrataba con su acostumbrada mala leche la hipocresía reventada de la oscura burguesía provinciana de los años sesenta en su Plácido. Pero no es mejor la ausencia de coherencia en muchos otros personajes de la fauna planetaria. ¿Qué me dicen del antinuclear que se larga a casa después de una divertida jornada de lucha y conecta su cocina eléctrica para hacerse un par de huevos con chistorra? ¿Qué decir de la defensa de la infancia indefensa que realiza la curia vaticana mientras se niega a investigar con mayor celo la población de pederastas camuflados en sus comunidades?
¿Conocen ustedes la curiosa biografía de David McTaggart, carismático fundador de Greenpeace? Pues les recomiendo encarecidamente que le echen un vistazo porque una del Zorro se queda corta. Y no me refiero a la hagiografía que le sitúa como un exitoso promotor inmobiliario que un día vio la luz en el camino de Damasco.
En fin, me consuela saber que Spandau Ballet ha decidido volver a los escenarios uniéndose a una corriente imparable de grupos míticos que retornan. La duda que me queda es si lo hacen al caer en la cuenta de que sus fans, carrozas con posibles, somos los únicos pardillos que continuamos comprando cedes o pagando religiosamente las descargas interneteras. Y es que, no lo duden, somos unos pardillos que difícilmente perderán su inocencia.

domingo, 22 de marzo de 2009

NO, MINISTRA GARMENDIA


Cuando Cristina Garmendia Mendizábal fue nombrada ministra de Ciencia e innovación en el segundo mandato Zapatero, fueron muchos quienes dudaron de su futura gestión al frente de la nueva cartera. Yo, desde este humilde lugar, la defendí y pedí confianza y continuo haciéndolo aunque cada vez con menor convicción desgraciadamente.
Pero lo que no puedo defender es el artículo que la ministra publica hoy en el suplemento de negocios de El País. Artículo que lleva por título Ciencia e Innovación: ahora más que nunca.
Y no puedo hacerlo por dos razones básicamente. La primera es la naturaleza misma de un escrito que rezuma oficialidad, generalidad y simpleza. Más bien recuerda al discurso de inauguración del pantano de turno que a una defensa y llamada a la acción. En pocas palabras, expresa ambigüedad, conformismo, es decir falta de ambición política, y un talante más cercano a consejero de entidad financiera en junta de accionistas.
En segundo lugar, me resulta difícil estar de acuerdo con el escrito de la ministra, no por lo que dice que son perogrulladas, sino más bien por lo que no dice y calla. Comenzaré por lo que dice, pero sin abundar mucho en ello porque, como les digo, son verdades de a puño pero de carácter superficial como todas las verdades oficiales. No hay que romperse mucho la cabeza para llegar a la conclusión de que nuestros problemas son estructurales. Tampoco hay que ser muy leído para entender que el principal de nuestros obstáculos es nuestra baja productividad y veo aún menos necesario explicarnos de forma poco didáctica la relación entre el valor añadido bruto y el coste del capital y el trabajo. Y me refiero a la poca habilidad didáctica porque cuando se escriben generalidades se supone que se hace con carácter divulgativo – didáctico. Finalmente, tampoco era necesario que viniera a visitarnos Paul Krugman para que la ministra se decidiera a escribir sobre la necesidad de revolucionarnos a través de la Ciencia y la Innovación. A esa conclusión hace tiempo que hemos llegado. Y no es cuestión, como dice la ministra, de preguntarnos si queremos o no optar por este desafío. Hace tiempo que venimos queriendo. La cuestión es si realmente sabe el Gobierno lo que realmente supone asumir este reto, si realmente ha dedicado el tiempo necesario a diseñar sus estrategias y si va a afrontar la Innovación y, en consecuencia, el reto de la productividad a todos los niveles de la sociedad y la economía española.
De momento, esto último va a ser que no por lo que se desprende del escrito de la ministra. Nadie duda de que gran parte de nuestros esfuerzos de los próximos años deben estar dirigidos a potenciar la inversión en I+D, Gestión del Conocimiento y potenciación de la investigación en general. Pero la ministra insiste en restringir los esfuerzos a estos tres campos, olvidando el fondo de la cuestión, las calderas del sistema y, en definitiva, la realidad de este país por mucho que no le agrade.
La ministra no debiera olvidar que existe vida más allá de los laboratorios y las aulas universitarias, más allá de los grandes complejos tecnológicos y los avances en investigación biomédica. Vida protagonizada por cientos de miles de pequeñas y medianas empresas que, hoy por hoy, son la base real de nuestro tejido económico y empresarial. Vida protagonizada por cientos de miles de funcionarios que necesitan urgentemente innovarse de forma inteligente. Vida protagonizada por millones de alumnos no universitarios que malviven en la economía del conocimiento con un sistema educativo que no ha vivido desde hace siglos una reforma real, más allá de los curricula y la teoría metafísica.
Me encanta que hablemos de productividad y la relacionemos con la Innovación, pero a todos los niveles. Voy a proponer un ejemplo, elemental, pero cercano y didáctico. ¿Sabemos cuánto nos ahorraríamos procediendo a innovar la gestión de las contratas y planificación de mantenimiento de infraestructuras públicas? Puedo aventurar que cientos de millones anuales. ¿Quién no ha visto acabar una obra pública y ver como al cabo de dos semanas las palas y picos comienzan de nuevo? Así de simple y sencillo y sin relación alguna con la robótica o la biomedicina.
Me encanta que hablemos de la revolución universitaria, de Bolonia y de la Estrategia Universidad 2015. Pero podemos acabar haciendo un sainete de todo esto. ¿Vamos a enseñar a los alumnos a pescar? ¿Quién les va a enseñar a pescar? ¿La universidad española está repleta de pescaderos, pero apenas hay pescadores? ¿Podrán enseñar todo un mundo de inteligencias a partir de los 18 años? ¿No han oído hablar ustedes de la psicopedagogía y el proceso evolutivo? ¿Qué papel juegan las escuelas e institutos en toda esta historia? Envidian y alaban los sistemas nórdicos, pero por aquellas tierras uno empieza a desarrollar su Inteligencia Estratégica desde el primer día que pone un pie en una institución educativa.
¿Recuerdan ustedes aquello de la Calidad? Pues recuerden también los dineros gastados en divulgación de sus bondades y el escándalo callado, pero sobradamente conocido, de los premios autonómicos a la excelencia en su gestión. La filosofía era y es buena, pero ya se encargaron algunos de mercadear con ella y no vean con qué grados de productividad. Pues bien, corremos el peligro de reproducir el mismo esperpento con la Innovación, palabra de la que todo el mundo está aburrido, hasta el que te busca un hueco para aparcar el coche en tu visita a la Alhambra. Pero este aburrimiento no es sino la comprobación de que nos encontramos en el primer nivel del negocio: divulgación. Al menos, roguemos por llegar al segundo nivel.
Y, como dice la ministra, más que lamentarnos en los problemas, es hora de trabajar en las soluciones. Pero, por favor ministra, déjenos trabajar a todos.

sábado, 21 de marzo de 2009

¡MÁS IMAGINACIÓN COCINA!


A nadie le oculto mi debilidad por la fotografía creativa y en especial por los maestros alemanes entre los cuales, Pavel Kaplum siempre me sorprende con su ironia y ese toque de creatividad que roza el absurdo, pero sólo lo roza.
Hoy les dejo con algunas de sus últimas ideas.

viernes, 20 de marzo de 2009

I FEEL GOOD


Esta ha sido una semana extraña, he recibido dos ofertas de trabajo y he rechazado ambas y, lejos de sentirme preocupado, tatareo feliz aquello de I feel good aunque no llegue al intimismo de John Lee Hooker.
La primera de las ofertas no tenía mayor misterio y fue fácil agradecer el interés pero declinarla cortésmente. Sin embargo, la segunda es de esas que llamamos la oportunidad de tu vida. Una retribución desorbitada, un plan profesional envidiable, unas condiciones complementarias inimaginables y, sin embargo, tampoco me llevó mucho tiempo rechazarla, cortésmente por supuesto. No, no he acabado de perder el poco seso que me queda o, al menos, eso espero.
¿Dónde estaba el pero? Porque, por supuesto, había un pero.
El ofertante era el gran pero. Multinacional donde las haya. Seguramente hasta contribuyó a la generación del concepto. Poderosa, sin problemas aparentes, dominando un sector que apenas se verá afectado por la tormenta.
Entonces, ¿dónde esta el problema?
El problema está en la cultura y antecedentes de la susodicha. No, no voy a revelar su nombre porque, como ustedes comprenderán, no es el caso. Pero sí les diré que siempre ha estado unida a los vaivenes políticos de Sudamérica, más bien diría que ha sido sujeto activo de esos vaivenes por llamarlos de alguna forma. También ha estado presente en algunos extraños sucesos en el Sudeste Asiático. En fin, no me pidan más pistas porque creo que no son necesarias.
En la vida de cada persona, siempre acaban llegando momentos cruciales, yo les llamó encrucijadas. Momentos en que uno debe decidir si continuar con su plan o acabar por plegarse a la seguridad de la renuncia. En mi caso, ya he pasado por algunos de esos cruces de caminos en los que todos están señalados menos uno y siempre he acabado por tomar este último. Hacer lo contrario, sería como traicionar la confianza que uno ha depositado en sí mismo, en sus sueños y normas de vida.
La Vida está para explorarla porque le pertenece a uno mismo. Renunciar a esta aventura es aceptar vivir la vida que otros han decidido por ti. No es un camino fácil y no pasa necesariamente por volverse hippie y acabar en una cueva ibicenca, eso son leyendas urbanas. Tampoco es necesario hacerse activista de la causa verde o ingresar en las guerrillas urbanas en defensa de la libertad de expresión en los bateres públicos. Mucho menos aun es necesario tornarse vegetariano o no probar el Wilkie irlandés. En definitiva, se trata de no traicionarse uno mismo.
Como les decía, I feel good, pero que muy good.

jueves, 19 de marzo de 2009

LLORARÁS


Carlos tenía un buen trabajo o al menos eso creía. Nunca fue un buen estudiante y, cuando concluyó el Bachillerato a trancas y barrancas, decidió que la universidad no era lo suyo, ni siquiera la FP. Era bien parecido, extrovertido, de palabra fácil pero cuidada y, además, tenía estilo, bastante estilo aunque sin llegar a clase, pero suficiente para dar el pego en cualquier situación. En una palabra, un excelente comercial en potencia aunque él no lo supiera. Quizás por eso sus primeros trabajos estuvieron más relacionados con la burda artesanía de la paleta, los malabarismos del tubo al otro lado de una barra y hasta algunos pinitos como modelo de colecciones otoñales. Pero al final, como no podía ser de otro forma, acabo en la venta aunque con ciertas pretensiones, nada de puerta fría. Las cosas comenzaron a marchar y pronto se encontró al frente de un pequeño pero agresivo equipo comercial. Eran buenos tiempos y, como decía su abuela, hasta los moros ponen una carnicería y se forran. Conoció a Roció en una cena de casa de amigos un viernes o quizás un sábado noche, pero el domingo ya se habían explorado hasta el último rincón. No era una chica con futuros, pero tampoco importaba, las cosas iban bien, pero no tanto como irían en dos o tres años. Antes del verano se habían casado y habían vuelto a descubrir sus íntimos rincones en una playa del Caribe. Adosado, cuero tostado, Bang& Olufsen, Lexus tracción total, Missoni, Soto Grande apurando posibilidades y una cuenta de reserva que nunca llegó a albergar más de cuatro o cinco mil euros. Un día, alguien habló de oscuro porvenir, pero apenas prestó atención. Otro día alguien habló de incertidumbre, pero ni siquiera se molestó en preguntar su nombre. Poco después sus resultados trimestrales cayeron, pero prefirió pensar en una mala racha. Quizás recordó todo esto cuando recibió su carta de despido, pulcra y escueta. Primero fueron las tarjetas quemadas, después llegaron las despedidas, a la tracción total, al cuero ya quemado y finalmente al adosado. El subsidio sonaba a capricho de fin de semana y, quizás por eso, no duraba más allá de dos o tres días. Durante dos semanas vendió seguros a puerta congelada, pero su porte y planta era excesiva como para inspirar confianza y, finalmente, acabó de portero de bar de copas hasta que un serbio le enseñó lo que es la cirugía estética instantánea. Después de aquello, sus mañanas discurren tranquilas al sol de un parque cualquiera, las tardes se agotan en un devenir y las noches son infiernos. Puedes encontrarle en cualquier esquina, aunque quizás te encuentre él a ti. Si es así, no le mires a los ojos, llorarás.

miércoles, 18 de marzo de 2009

¡HORROR! ¡EL DÍA DEL PADRE!


Cuentan las leyendas urbanas que el Día del Padre es un invento de una conocida cadena de grandes almacenes, pero lo cierto es que hay poco de verdad en todo ello. De hecho, el origen de la celebración está en Estados Unidos, en concreto en Washington, lugar donde residía la buena de Sonora Smart Dodd que no se le ocurrió mejor idea que organizar un festejo para su progenitor, un sufrido personaje que enviudo joven y tuvo que hacerse cargo de la crianza de toda su prole.
El primer Día del Padre se celebró en Spokane, Washington un 19 de junio de 1910 y como parece que la cosa gustó, el presidente Coolidge la declaró fiesta nacional en 1924. Lo demás ya es historia, aunque bien es cierto que esos grandes almacenes se han encargado desde hace mucho tiempo de hacer sentir remordimientos a los hijos que no pasan por caja para abonar una corbatilla, zapatillas, camisa o colonia, perdón fragancia.
El dichoso día se celebra en todo el planeta, ya saben ustedes que padres hay muchos y muy repartidos aunque bien es cierto que no existe un monumento al Padre Desconocido al que podrían acudir quienes tuvieron la desgracia o la gracia, vaya usted a saber, de no conocer a su progenitor. En España se celebra el 19 de Marzo, pero las fechas son caprichosas: 1 de mayo en Alemania, 15 de junio en Uganda, 5 de diciembre en Tailandia, el tercer domingo de junio en Argentina y otro buen montón de países y así sucesivamente.
Después del Padre vendrá la Madre y, dada la crisis del sector, corre el rumor de que esos grandes almacenes quieren instaurar este año el Día del Día.
Lo cierto es que la idea en su origen fue buena, como tantas otras, pero con el paso del tiempo se ha convertido en un convencionalismo social de esos que al final sugieren más molestia que alegría. De este tipo de festejos, siempre recordare con una sonrisa un Día de la Madre que tuve oportunidad de vivir en Barrilito, una pequeña aldea de la costa del Pacífico costarricense, vamos un jolgorio tico. Recuerdo la verbena popular al atardecer, bajo un acanalado a punto de ruina. Música, cerveza fría, un montón de ticos felices pura vida y, sobre todo, mucho cariño y mucho respeto a las madres. ¡Pura Vida!

martes, 17 de marzo de 2009

MESSAGE IN A BOTTLE o EL BUEN PASTOR


Comentaba el otro día que la actitud ante la situación económica actual no es la de la botella medio llena o medio vacía. En otras palabras, ni Krugman por fatalista, ni Bernanken por optimista han ido más allá de una predicción arriesgada. La cuestión es abandonar esa botella porque sencillamente no está llena y, en consecuencia, no asegura bienestar para el conjunto de la sociedad. La cuestión es atreverse a dejar atrás esa botella y asumir el riesgo estratégico que conlleva descubrir una nueva. Y para esto, ni las tesis de Friedman, ni las de Keynes pueden ir más allá de aportar soluciones transitorias mientras se produce la generación del nuevo escenario.
Esta es por tanto, la primera lección: Nuestros conocimientos de gestión de las crisis están a punto de quedar obsoletos, hagamos uso de ellos como contención, nunca como solución.
El origen de todos los males no está en la actuación de las entidades financieras. Esta sería la conclusión elemental de un análisis superficial. La ausencia de ética y gobernanza financiera es una causa específica de un proceso más complejo que encierra factores genéricos de largo recorrido. En el fondo, es algo tan sencillo como el final de un modelo que creíamos interminable. Pero los epílogos de los grandes hitos de nuestra historia exhiben conductas desproporcionadas y abundantes cisnes negros que diría Nassem Talib. Generar recursos extraordinarios para reflotar a los perdedores puede ser una medida de contención que nos haga ganar tiempo, pero nunca una solución.
Segunda lección: la actividad financiera deberá continuar en el futuro, pero sólo estará abierta a quienes comprendan y contribuyan a crear los nuevos escenarios. Si hasta entonces, la gobernanza y el bien común reclaman intervención directa, ningún gobierno debiera dudarlo aunque dejemos el camino sembrado de algunos moribundos.
La Innovación no es ni el medio, ni el fin, tan sólo es el resultado. La generación de un sistema educativo que considere prioritario el desarrollo de las Inteligencias desde temprana edad con una confluencia final en el desarrollo de la inteligencia Estratégica, va más allá de centrar la atención en la Universidad, acostumbrada a dar peces en lugar de enseñar a pescar. La Universidad cambiará cuando quienes accedan a ella sepan pescar.
Tercera lección: el presente se articula a partir del futuro y este se encuentra en quienes nacen hoy. Inviertan en investigación y desarrollo, pero no olviden que la Educación es nuestro futuro.
Volver al camino supone reactivarse, es decir recuperar simultáneamente la producción y el consumo, la oferta y la demanda, la fluidez financiera y el equilibrio del ahorro, en definitiva la capacidad de generar valor de forma continua y sostenible. Recurrir a las arcas públicas como impulsor ficticio de valor puede resultar una medida de contención para ganar tiempo, pero nunca será una solución. Y menos aún si el país cuenta con virtuosos de la fontanería desviando caudales y canalizando corrientes.
Cuarta lección: Podemos sobrevivir sin nuevos puentes, jardines, intercambiadores y demás ingeniosas soluciones, pero no podemos prescindir de las personas, ni condenarlas a la intermitencia y precariedad. Abran las arcas, pero para quienes apuestan por el futuro construyendo presente. Nadie va a reprochárselo si cuando llegue la hora de los sufragios todo el mundo acude en día de fiesta y no en otro día más.
Todos sabemos que se esconde detrás del poder: el auténtico poder. Todos somos conscientes de la fragilidad de las ideas: la realidad. Todos debemos algo a alguien, empezando por nuestra madre: la vida. Todos quisiéramos vencer al enemigo de nuestros actos: el olvido. Pero continuar con la monótona dialéctica partidista puede ser una medida oportunista frente al adversario, pero nunca será una solución para aquellos a los que teóricamente sirven.
Quinta lección: la grandeza no se encuentra en declararse vencedores porque siempre habrá perdedores. Se enfrentan a un reto que va más allá de sus intereses. Hagan buena la definición de “política”.
En fin, el buen pastor no es aquel que preserva a sus ovejas de las alimañas para acabar conduciéndolas al matadero.
La imagen que ilustra este post pertenece a la obra gráfica de Uli Steiger

lunes, 16 de marzo de 2009

PONGAMOS QUE HABLO DE INNOVACIÓN


A la vista de lo que hemos podido oír hoy a Krugman y a Zapatero, parece confirmarse mi esquemático post de ayer.
Las vamos a pasar canutas que decían antes. Lo nuestro es una cuestión estructural añadida. La innovación parece ser una de las claves y la alimentación y el turismo son áreas a centrar la atención. Tampoco era algo imprevisible, así que no me voy a echar una flor, ni siquiera un clavel.
En cualquier caso, dejando a un lado la brillante y didáctica intervención de Paul Krugman, nuestro querido presidente deberá esforzarse por convencernos de que está convencido de sus palabras porque será un paso importante en un país donde nadie está convencido de nada o, como se suele decir, en un país cuya única certidumbre es la incertidumbre.
El futuro no sólo pasa por una recuperación, reactivación, reanimación o como queramos llamarla. Necesitamos cerrar capítulos y abrir nuevos escenarios y para ello habrá que renovar una plantilla que siempre añorará los viejos tiempos y maneras. Hoy se ha dicho que el reto al que nos enfrentamos es similar al de la transición política que abordamos a finales de los 70. Puede ser, pero, en cualquier caso, además de una clase política sobresaliente, contábamos con una sociedad dispuesta a defender el cambio. No sé si nuestra clase política actual es comparable a la de entonces, pero sí puedo asegurar que el pueblo llano económico, es decir pymes, autónomos y demás gentes de mal vivir (por aquello del día a día que deben sufrir) están esperando que se les dé el pistoletazo de salida con ayudas y medidas que realmente apoyen SU INNOVACIÓN.
Esperemos que ese paquete de medidas “modernizadoras” que anunciaba hoy Zapatero vayan por este camino.

domingo, 15 de marzo de 2009

UNA ECONOMÍA POR DESCUBRIR


Hace unos días me preguntaban en un foro sobre la Crisis y la Innovación si España sería capaz de reflotarse a corto plazo desplegando un esfuerzo significativo en procesos de innovación.
Dejando de lado la imposibilidad de aventurar pronósticos a corto y medio plazo en la actual situación, mi respuesta despertó cierto escepticismo e incredulidad. ¿Qué respondí? Pues algo tan sencillo como evidente: la economía española necesita formatear su disco duro. En otras palabras, lo tenemos bastante difícil y nuestra reactivación va a llevar posiblemente más tiempo que otros economías cercanas.
El problema de la economía española es estructural, por utilizar un término suave. Hemos acumulado años de prosperidad sobre la frágil base de mercadear con la atracción de mano de obra y capital baratos, pero sin que ello supusiera incrementos notables de nuestros indicadores de competitividad. Por otro lado, nuestro peculiar milagro se ha basado en el desarrollo de dos sectores sensibles a las burbujas y a la demanda inmediata no necesariamente fundamentada en garantías de solvencia probadas. Por supuesto, hablo del ladrillo y de la automoción.
Pero, por si esto fuera poco, merece la pena caer en la cuenta del tipo de tejido que alientan estos dos sectores productivos que no es otro que el de una empresa auxiliar de pequeño y mediano tamaño, frágil en su origen, desarrollo y, como se está demostrando, capacidad de resistencia y adaptación cuando vienen mal dadas.
El ladrillo no ha sellado su fin en nuestras tierras, entre otras cosas porque es un sector de primera necesidad como puede ser la alimentación. Pero, evidentemente, tendrán que pasar muchas lunas hasta que oferta y demanda pasen a estabilizarse. Y cuando esto ocurra, nos encontraremos con un sector limitado en sus posibilidades de crecimiento durante muchas décadas. Mientras tanto, cientos de pymes y autónomos habrán pasado a mejor vida, entre otras cosas por su incapacidad para la reinvención.
La industria del automóvil fue el gran motor de modernización en este país, pero ya es pasado. Es cuestión de tiempo, más o menos entre cinco y diez años. Pero acabará por redimensionarse hasta esquemas de carácter local. Tratar de luchar contra esto es alargar la agonía y, en consecuencia, infundir falsas esperanzas a los familiares del moribundo. De igual forma que llegó, acabara por marchar a escenarios más favorables.
¿Qué nos espera entonces? Sinceramente es difícil responder a esa cuestión. Podemos estar seguros de que vamos a atravesar unos años difíciles, muy difíciles. Pero, aventurar más allá, es pura ciencia ficción. Se acusa al Gobierno de estar missing con Zapatero a la cabeza. Pero lo cierto es que no hay planes y mucho menos aún soluciones. La táctica es clara: resistir y esperar. Mientras tanto, se articulan medidas de viejo cuño que más bien parecen cataplasmas de la abuela. Pero lo cierto es que se necesita una transformación de tal envergadura que nadie quiere ni oír hablar de ella. Como mucho, asistimos a la continua incongruencia de elevar a los altares a la I+D+I como si fuera el santo grial que va a curarnos de todos los males. ¿Qué quiere decir invertir en I+D+I? ¿Creen sinceramente que España puede convertirse en los próximos años en el referente? Por favor, al menos seamos serios y consecuentes. En este momento, contamos con una docena de corporaciones que son referentes en investigación y nivel tecnológico en sus respectivos campos de negocio; Indra, por ejemplo, es una de ellas. Apoyar, mimar y protegerlas es una buena inversión de futuro. Pero tratar de involucrar a todo el país en esa cruzada es un dislate que recuerda a los populistas del 98.
¿A qué nos vamos a dedicar? ¿En qué podemos destacar? Si lo supiera, probablemente tendría asegurado mi retiro en una apartada isla del Pacifico. Este va a ser uno de nuestros primeros retos. De hecho, ya lo es, pese a que tratemos de evadirlo. Y la respuesta no pasa por llenarse la boca con las bondades del I+D o continuar violando el significado real del término Innovación Estratégica, tratándola como si se tratara de un concurso público para remodelar la Cuesta de las Perdices.
Pero hasta que llegue el momento de encontrar una respuesta a nuestro principal problema, existen algunas evidencias que pueden aportarnos luz como es el caso de la industria alimentaria o la textil. Viejos conocidos que mantienen expectativas de largo recorrido, tanto en niveles de especialización como de internacionalización. Sectores en los que ya somos buenos y podemos llegar a ser mejores si profundizamos en su desarrollo. Nichos de actividad hacia los que estaría más que justificada la inversión en I+D y desarrollo de Innovación Estratégica.
¿He olvidado algo? Sí, claro, por supuesto no podemos dejar de hablar del Turismo, otro de nuestros tractores tradicionales, pero con graves dificultades por la coyuntura internacional en general y por su boda gitana con el ladrillo en particular. Continuaremos contando con este sector, siempre y cuando se proceda a una innovación total del mismo. Transformación que debe apuntar a un mayor grado de especialización, profesionalización, cooperación inter territorial y rediseño del mercado interior.
¿Me he dejado algo? Sí, creo que merece la pena no olvidarse de las potencialidades del mercado interior. Bueno, no es del todo correcto llamarlo así a la vista de las cifras y de los esfuerzos de los distintos gobiernos autónomos por abrir oficina en Bruselas o Shanghái. Lo más adecuado sería llamarlo mercado residual inter autónomo o algo similar. Necesitamos descubrir las posibilidades de nuestros mercados regionales, más allá de las susceptibilidades, pugnas políticas y diferencias socioculturales que las hay y muchas. De hecho, la debilidad de nuestro mercado interno es otra de nuestras aflicciones en un momento en el que nos vemos imposibilitados a recurrir a medidas de devaluación monetaria por coherencia europea.
En fin, no estamos para mucho ruido, es cierto. El panorama inmediato no es incierto, sino más bien amenazador. Pero contamos con una ventaja, tenemos retos y eso ya es mucho.

viernes, 13 de marzo de 2009

LA CONSPIRACIÓN DE LOS IMBECILES


No quiero terminar la semana sin dedicarle unas líneas a esto de las conspiraciones internacionales, sean o no de carácter judeo – masónicas.
Todo esto viene a propósito de una conversación que mantuve a inicios de la semana con un colega de allá por Boston, ciudad con vocación europea pero con realidad norteamericana. El caso es que, hablando de la crisis, financiera claro y como no podía ser de otra forma, el paisano me largo un speech interminable sobre el carácter ficticio de la susodicha crisis . A su juicio y según fuentes muy, pero que muy bien informadas, es decir informadísimas, esto de la crisis es un montaje de padre y muy señor Mio con el único fin de hacer limpia y comenzar nuevo ciclo. Antes, según el paisano, estas cosas se hacían de forma más expeditiva buscándose unos amigos, unos enemigos y montando el correspondiente conflicto armado de dimensiones respetables. Pero ahora, con esto de las micro guerras, no cabe esa opción, así que toca montársela de otra forma.
He tratado de sintetizar por no aburrir al lector. Pero la verdad es que resultaba una explicación tan convincente y perfectamente argumentada que, por un momento, estuve a punto de dejarme atraer hacia ella y poner fin a mis disquisiciones metafísicas sobre la coyuntura actual.
Sin embargo, uno es amante de la naturaleza animal, entre la que se incluye la humana y, en consecuencia, sigue pensando que no hay tanto genio como para acabar con los problemas, las oportunidades, los retos, la creatividad y, en definitiva, el progreso.
Que muchos saldrán más ricos de esta situación no me cabe la menor duda. Que para muchos supondrá un dramático final a su vida laboral está también fuera de toda duda. Pero que veinte o treinta chorizos se las hayan ingeniado para montar esta romería global es exhibir demasiada candidez a estas alturas de la vida. La demagogia siempre es mala compañera, sea de izquierdas, derechas, de arriba, abajo o en medio. Hay algo más simple que puede llegar a explicar un montón de cosas y que se llama esencia humana. En ella, se dan cita las aspiraciones más sublimes con los instintos más abominables, la humildad con la ignorancia, la ambición con la violencia, la utopía con la fatalidad, el azar con la necesidad y, en este caso, la estupidez con la supervivencia.
Hoy podemos hablar de avaricia, ambición, convencimiento idiota, mucha estupidez, bastantes ingenuos, listillos, algún que otro delicuente con mayusculas, raterillos venidos a más, herederos entrampados, y segundones de mandato. Pero conspiradores, de verdad pocos y más bien de sainete.
¡Ah! Si Arniches levantará la testa.

jueves, 12 de marzo de 2009

OVIEDO, INDEED


Acabo de regresar de un par de días en Oviedo, una de las ciudades que siempre elegiría para vivir. Ayer, paseando por la calle Uría veía la nueva campaña del Gobierno del Principado en defensa de la Igualdad Mujer – Hombre. El mensaje en cuestión presenta dos botellas de agua y pregunta: ¿medio llena?, ¿medio vacía?, no iguales. En definitiva, buen mensaje.
Pero todo esto viene a cuento de que he recordado que siempre que doy una charla o un seminario sobre Innovación, Creatividad o Talento Estratégico, siempre hay alguien al concluir que interviene preguntando: En definitiva, todo esto es cuestión de actitud, ves la botella medio llena o medio vacía, no?
Pues no, es algo más complejo que todo eso. No se trata de optimistas o pesimistas. No es cuestión de ver la botella o el vaso medio lleno o medio vacío, sino dejar de verlo y comenzar a buscar un nuevo vaso o una nueva botella.
Una botella que puedas diseñar de forma totalmente nueva. Una botella que puedas llenar de lo que creas más adecuado, no necesariamente agua. Una botella que puedas vender a un nuevo precio, no al que te marque la competencia. Una botella que no sea fácil de replicar por otros artistas de eso que llaman ahora benchmarking. Una botella que pueda ser elaborada aquí y no allá contra todo pronóstico. Una botella que permita genera un tejido complementario que aporte valor. Una botella, en fin, de la que la gente se sienta orgullosa porque es su botella.
¿Les suena verdad?
Lo difícil es dejar de ver la antigua botella medio llena o medio vacía. Entre otras cosas porque los pesimistas mal informados empiezan a ser optimistas oportunistas cuando se les habla de cambio y porque los optimistas mal informados comienzan a convertirse en pesimistas confesos cuando se les pide que sigan adelante.
En cualquier caso, Oviedo continúa siendo una ciudad estupenda.

miércoles, 11 de marzo de 2009

A FEW GOOD MEN & WOMEN


A few good men, algunos hombres buenos, no todos, pero sí algunos, no muchos, quizás algunas decenas, los suficientes, nunca la totalidad, ni siquiera la mayoría, pero sí los mejores, al menos en su convicción.
Algunos hombres buenos son los que pueden encontrarse en una empresa cuando llega la tormenta. No necesariamente los que ocupan espacios individualizados, insonorizados, impersonalizados, intransferibles. No necesariamente los más baratos de echar, abandonar, ignorar. No necesariamente los más ilustrados, estudiados, cultivados, relacionados.
A few good women, algunas mujeres buenas, no todas, pero sí bastantes, las suficientes, nunca la totalidad, ni siquiera la mayoría, pero sí las mejores, flexibles, plásticas, prácticas, emocionales, creativas, sensibles, imaginativas.
Algunas mujeres buenas son las que pueden encontrarse en una empresa cuando llegan las lluvias. No necesariamente las que copan las mesas con teclado y pantalla. No necesariamente las imprescindibles, estéticas, amoldables, acomodadas. No necesariamente las últimas en llegar y las últimas en marchar.
Algunos hombres buenos y algunas mujeres buenas hay en toda empresa.
Están esperando ser llamados, convocados, conjurados. Ansían el reto, desafío y amenaza. No sólo trabajan por dinero, pero esperan que alguien lo confirme.

martes, 10 de marzo de 2009

EUROVAGOS

Dicen las malas lenguas que los funcionarios son bordes por naturaleza, los médicos distantes, los taxistas charlatanes, los bilbaínos fanfarrones y suma y sigue. Personalmente, pienso que hay bordes, distantes, charlatanes y fanfarrones en todos los lugares y profesiones. Es cuestión de azar dar con unos u otros. En esta línea, los italianos acumulan también un buen número de modelos estables: elegantes, pendencieros, ardientes, estilistas, vagos, tramposos y suma y sigue. Habrá de todo un poco. De hecho, conozco italianos que desconocen el sentido del gusto y más bien parecen salidos de un pueblo del medio oeste americano en mañana de domingo.
Pero lo cierto es que hay algunos que trabajan a favor de los arquetipos. Este es el caso de los parlamentarios italianos, empeñados en construir una leyenda en torno a sus escasas ganas de trabajar. Como ya habrán visto en los medios, el asunto ha llegado hasta tal punto que el presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, ha decidido romper la hucha de los ahorros y gastarse medio milloncejo de euros en instalar un sistema de voto a través de lectores de huella digital con el fin de evitar que los pianistas continúen haciendo de las suyas. Los pianistas, lejos de ser virtuosos de la música, son aquellos parlamentarios que se dedican a votar por ellos y por otros tropecientos compañeros que en ese momento no se encuentran en la sala.
Hay que alabar las buenas intenciones de Fini, pero dudo que consiga gran cosa. Va a faltar tiempo para que se descubra algún sistema innovador que permita trampear el sistema. Y, si no es el caso, siempre queda recurrir al truco del cuchillo jamonero que no es otro que cortar los dedos de los interesados para poder introducirlos en la ranura del lector digital. Rían, rían, pero Tarantino es un aprendiz.
En cualquier caso, volviendo a la reflexión inicial, todo esto no es excusa para cargarles, una vez más, el muerto a los italianos. Efectivamente hay mucho vago entre las filas políticas azurras, pero los franceses, españoles, griegos y demás gentes de la UE no se quedan cortos.
De hecho, el absentismo más vergonzante acostumbran a ejercerlo los euros parlamentarios, los auténticos inventores del happy jueves. Sí, efectivamente, eso de que era un invento de los universitarios españoles es una leyenda urbana. Los jueves acaba la semana laboral de un buen número de ellos. Los viernes son para regresar a casa porque, ya se sabe, todos tienen un oscuro origen judío y los sábados está prohibido viajar, pensar, cantar, silbar y arreglarse los tomates del calcetín. En definitiva, la semana laboral de estos esforzados del bien común se reduce a tres días. El lunes es para resituarse, el viernes para ausentarse, nos quedan martes, miércoles y jueves con ciertas reservas. En definitiva, la expresión magna del euro vago.
Definitivamente, de mayor quiero ser euro parlamentario italiano, a ser posible enchufado por Tito Berlusconi.

lunes, 9 de marzo de 2009

BYE - BYE PERDEDORES


En mi seminario dedicado a cómo atraer, estimular y preservar el Talento en la organización, colecciono un buen número de frases provocadoras. Entre ellas, recuerdo una que habla de premiar los fracasos geniales e ignorar las mediocridades. Por supuesto, algo fácil de recomendar y difícil de ejecutar, como casi todas las recomendaciones y consejos ajenos.
Sin embargo, como decía mi tía abuela, corren malos tiempos para la lírica. Los gobiernos y las instituciones y organismo internacionales están inmersos en una cruzada para la salvación del perdedor y el enterramiento del emprendedor.
¿Qué quienes son los perdedores? La industria del automóvil en general y la norteamericana en particular, las grandes corporaciones financieras en general y las norteamericanas en particular, las grandes inmobiliarias y constructoras en general y las norteamericanas y españolas en particular.
¿Qué por qué lo hacen? Porque el miedo les paraliza y la amenaza de que es más fácil mantenerlas con cuidados paliativos que soportar los costes de su desaparición ha surtido el efecto deseado. Es difícil encontrar una maquina de destrucción de valor y un agujero negro para el dinero público mayor que General Motors en toda la historia de la Economía.
El perdedor no lo es por una cuestión de mala suerte, sino por una sucesión de errores encadenados, fruto de la deficiente gestión, la hostilidad abierta hacia toda evolución, la especulación, la ambición y el pillaje descontrolado a los fondos corporativos en forma de bonus, blindajes y otras muchas tropelías conocidas. El perdedor, como su nombre indica, ha perdido y, en consecuencia, debe desaparecer por una cuestión de estricto bien común. Pero, del dicho al hecho hay un trecho. En otras palabras, quienes debieran aplicar la pena de destierro o alejamiento se ven condicionados por los lazos y extrañas relaciones que todavía les atan de pies y manos a ellos.
¿Cómo vamos a permitir que un gigante como General Motors se hunda? ¿Son conscientes del precio social y, sobre todo, político que ello conlleva? ¿Pueden imaginar la convulsión que puede provocar? Sí, efectivamente, somos perfectamente conscientes. Pero también lo somos del futuro que nos espera si continuamos haciendo aquello que nos ha conducido a esta situación.
Dediquen una parte de los fondos a atenuar los efectos sociales de la desaparición de estos paquidermos chapuceros. Dediquen una parte de los fondos a mantener la actividad básica mientras se producen los relevos. Pero centren su atención en las personas, empresas y corporaciones emprendedoras. Aquellas que piensan más allá de la crisis. Más allá de la salvación inmediata. Más allá de sus intereses y prebendas. Están actuando como si del hundimiento del Titanic se tratara. Pero sólo reservan botes a los pasajeros de primera que se entretenían montando una juerga en la cubierta de mando mientras el iceberg se acercaba. Salven a estos personajes y pronto les pedirán nuevos fondos para el Titanic II y una nueva juerga.
Esto no es una crisis. Lo fue hace un año. Ahora es un cambio en toda regla. Pero cuando los cambios no se gestionan adecuadamente, nos conducen irremediablemente a peor, alejándonos de las oportunidades que se presentaban.
Vivimos tiempos de grandes oportunidades, pero sólo pueden ser detectadas y aprovechadas por los emprendedores. Los perdedores bastante ocupados están en reclamar que se salve su viejo mundo.

domingo, 8 de marzo de 2009

AHORRANDO CON DISEÑO


Hace ya tiempo que no comento lo último en pequeñas ideas creativas, así que hoy toca hablar del "+ shifter", un original diseño de grifo que permite un ahorro notable en el consumo de agua en el hogar.

Su diseño recuerda al de una palanca de cambio automática y tiene su sentido ya que su accionamiento es practicamente igual. Dependiendo de la posición, el caudal de agua varía según las necesidades.

El diseño está pensado para evitar ese continuo engorro de calcular, casi siempre mal, el caudal deseado en cada momento. Pero además de presumir de diseño y funcionalidad, el "+ shifter" está diseñado para durar por lo que es difícil que presente problemas en sus juntas.
Este y otros muchos diseños pueden encontrarse en un página sin desperdicio que merece una visita: http://www.inewidea.com/category/design

viernes, 6 de marzo de 2009

SOY VIAJERO ACCIDENTAL


Ayer me preguntaban en Madrid por qué había llamado a este blog El Viajero Accidental, conteste que hoy trataría de explicarlo y así lo hago.
El término Viajero creo que es adecuado para quienes nos dedicamos a la mediación entre el conocimiento de una organización y su talento para generar valor porque, en cierta forma, somos como los viejos buhoneros que se pasaban la vida itinerando de un lugar a otro – no crean, también hay charlatanes y saltimbanquis-.
El término Accidental es más accidental y quizás no demasiado consecuente, pero para mí hay dos tipos de viajeros. El primero es el que viaja por placer aunque este término es polisémico y puede interpretarse como el placer de estar rodeado de otros cien mil individuos en una playa, el placer de permanecer encerrado en un buque durante quince días comiendo, bebiendo, durmiendo y volviendo a comer, el placer de conocer, el placer de escapar, el placer de convivir y otras ochocientas variantes más. El segundo tipo es el Viajero Accidental, aquel que viaja por necesidad aunque, en este caso también, el término se presta a múltiples interpretaciones. El que viaja por razones de trabajo y encuentra placer en el mismo, el que viaja por razones de trabajo y ansia llegar a los sesenta y cinco para jubilarse, aunque esté más cerca de palmarla, el que viaja para encontrar trabajo, con más o menos ilusión por llegar al paraíso capitalista, el que viaja para huir de la violencia, el hambre, la enfermedad o simplemente la miseria que lo encierra todo, el que viaja para huir de quienes le persiguen por haberse apropiado de un porrón de euros y otras cinco mil variantes más.
En mi caso, soy Viajero como el buhonero y Accidental porque lo hago por razones de un trabajo del que estoy enamorado. Pero también me considero un Viajero porque viajo con mis clientes a su futuro y sus sueños.
En fin, soy un Viajero Accidental feliz.

miércoles, 4 de marzo de 2009

EN EUSKADI NO HAY PROBLEMA


Uno de los comentarios a mi post de ayer sugería la posibilidad de ampliar la perspectiva de la relación problema – oportunidad, así que ese es mi tema del día.
El principal problema del término problema – valga la redundancia- es el sentido que le adjudicamos. Desde muy pequeños somos educados para percibir los problemas como algo negativo y, en consecuencia, no pasan por ser situaciones deseables. De ahí al escapismo o la inhibición sólo hay un paso.
Partiendo de este preconcepto generalizado, es muy difícil cuando no imposible hacer comprender a las personas afectadas por un problema que en realidad lo que tienen es una oportunidad. Todavía recuerdo la primera vez que me puse delante de un equipo de trabajadores directos de una empresa al borde de la quiebra y comencé mi intervención con aquello de si tenemos un problema, tenemos una oportunidad. Años después, todavía trabajo con ellos en algunas ocasiones y no hay vez que no me recuerden los impulsos que tuvieron de echarme a patadas de la sala. Lo mejor de todo es que la empresa ni quebró, ni continuó dando perdidas. Consiguieron enfocar los problemas como oportunidades.
Las definiciones del término problema son incontables, pero a mí me gusta particularmente una que dice que un problema es una situación cuya solución se desconoce. Me encanta, entre otras cosas, porque confirma mis sospechas de que los problemas de los libros de matemáticas con los que tuve que bregar en mi juventud no eran tales. Se trataban de ejercicios o rutinas que debía aprender. ¡Hasta en los templos del saber se producen incorrecciones semánticas!
Si partimos del hecho de que un problema es una situación cuya solución desconocemos, ello quiere decir que ha venido provocada por un cambio en el status. En consecuencia, el cambio en sí mismo no es otra cosa que el planteamiento de un problema. Las bondades o maldades del cambio vendrán determinadas por la gestión que hagamos del mismo, es decir por el enfoque o identificación que demos a la situación.
Si procedemos a percibir la situación como una amenaza es muy probable que adoptemos la vía del escapismo, es decir que convirtamos la situación en molestia y, en consecuencia, nada bueno se derive de todo ello.
Si, por el contrario, percibimos la situación como un desafío posible, estaremos comenzando a identificarla como un auténtico problema. Es decir, algo que tiene solución y que puede aportar valor, avance, progreso.
Cuando afirmamos que los problemas son oportunidades, quiere decir que hemos conseguido enfocar la situación provocada por un cambio como algo posible de superar y que conllevará una mejora en términos de progreso, es decir INNOVACIÓN.
Ayer citaba a Euskadi y sus recientes elecciones a propósito del cambio. Podemos continuar con ella.
¿Cuál es el problema en Euskadi?
Siento decirlo, pero no lo hay. Al menos en los términos que debiera, es decir situación cuya solución se desconoce, pero que ofrece una oportunidad de solución y progreso. De momento, la situación está identificada como una molestia para la gran mayoría de los interesados. De hecho, la percepción es de Gran Molestia ya que se identifica la solución del otro como amenaza y, en consecuencia, las tablas y el inmovilismo están garantizados.
En definitiva, el País Vasco pasa por una situación terriblemente curiosa ya que parece ser una tierra de innovación y emprendimiento, pero se caracteriza por la pésima Gestión del Cambio y la ausencia total de voluntad innovadora en lo que a su principal problema se refiere.
En cualquier caso, los vascos continúan disponiendo de una oportunidad.

martes, 3 de marzo de 2009

CAMBIO VERSUS INNOVACIÓN


La magia de las palabras permite convertir un paisaje hostil en algo sublime o transformar la indiferencia en misticismo. Esta es la virtud del escritor creativo como fue el caso del llorado Cabrera Infante, uno de mis preferidos con sus Tres tristes tigres que acostumbro a releer con frecuencia. Una pequeña joya cuya lectura les recomiendo encarecidamente si quieren esbozar una sonrisa y mantener el optimismo en estos tiempos que corren.
Pero esta magia también puede conducir a la confusión que vacía de sentido al lenguaje. Algo de esto ocurre con el uso indiscriminado del término “cambio” y las frecuentes relaciones que se establecen con un fenómeno denominado “innovación”. No hablamos de una transformación léxico - semántica que atestigua la naturaleza viva de las palabras, sino más bien de una relación forzada por tecnicismos incomprensibles.
Asociar inevitablemente el cambio con progreso, avance, mejora o cualquier otro término que justifique la bondad del suceso es una interpretación casi siempre intencionada en el ámbito de la política, bondadosa en términos sociales y retrograda desde una perspectiva económica.
El término cambio significa, como en sí mismo indica, cambiar y cambiar significa convertir o mudar algo en otra cosa, frecuentemente su contraria. En otras palabras, asimilar el cambio con progreso o avance es tan absurdo como afirmar que todos los vascos son terroristas. ¿Qué me dicen del Cambio Climático?
El cambio no es garantía de nada y sino que se lo digan a los alemanes que vivieron la llegada del Cambio en 1933. El cambio no es otra cosa que una modificación de las condiciones. Sus consecuencias finales dependerán de nuestra actitud ante la nueva situación generada. Es lo que denominamos Gestión del Cambio, algo muy alejado del término cambio en sí mismo.
Tómenos como ejemplo el caso de Euskadi y su situación como resultado de las últimas elecciones autonómicas. ¿Va a producirse un cambio? ¿Es garantía de progreso? No hay respuesta, de momento. Todo dependerá de la Gestión del Cambio. El cambio puede acabar en simple sucesión, momentáneo desconcierto nacionalista o bien inicio de identificación de un problema y planteamiento de posible solución. El cambio, en sí mismo, no significa nada, es una interrogante y un desafío al mismo tiempo.
Una adecuada Gestión del Cambio conduce a algo que denominamos Innovación, término que sí puede relacionarse con avance y progreso. Porque la Innovación es fruto de la Inteligencia Creativa y Estratégica y las buenas acciones creativas son aquellas que resultan útiles, es decir que resuelven las situaciones problemáticas planteadas por el cambio.
No se olviden de leer a Cabrera Infante y sus Tres Tristes Tigres, un ejemplo de creatividad y magia.

domingo, 1 de marzo de 2009

SUBPRIME MADE IN SPAIN


En 1929, el año del Crack, Frigyes Karinthy, un escritor húngaro no demasiado conocido, escribió un relato corto titulado Cadenas que con el paso del tiempo se convirtió en el origen de la Teoría de los Seis Grados de Separación. Esta teoría viene a decir que usted puede estar conectado a un individuo del atolón de las Feicher a través de sólo cinco contactos – seis enlaces en realidad. En otras palabras, podemos llegar a conocer absolutamente a toda la población mundial, incluida Madonna, a través de tan sólo seis enlaces. La teoría siempre se ha considerado una curiosidad cuando no un delirio de imbéciles. Pero, mire usted por dónde, la todopoderosa Microsoft ha dedicado un buen montón de tiempo y recursos a probar su veracidad. La conclusión a la que se ha llegado es que la teoría efectivamente es incorrecta ya que no son 6 grados, sino 6, 6 los que le separan a usted de cualquier otra persona del planeta. Algunos llaman a esto Globalización y lo consideran la octava maravilla, menos cuando se activa la gripe aviar, el mal de las vacas locas o el temido Ébola.
Sin embargo, en la ciencia económica la Teoría de los Seis Grados es tan antigua como el concepto de valor. Incluso es más relativa ya que, en determinadas ocasiones, los seis grados se ven reducidos a uno o dos. De hecho, la Economía se asemeja más al guión de Con la muerte en los talones o a un intento de batir un record Guinness tirando fichas de dominó que a la cándida casuística de Karinthy. Es lo que llamamos los ciclos infernales, un auténtico entramado apocalíptico que, cuando se produce, destruye décadas de trabajo y creación de valor.
Ambas cosas, la Teoría de los Seis Grados y el Ciclo Infernal, pueden explicar un auténtico milagro de la naturaleza como es la conversión de miles de hipotecas españolas en basura subprime.
Voy a ahorrarles la descripción y definición de préstamos subprime porque a estas alturas de la película es algo más conocido que la marca de las maracas de Machín. Está claro que las entidades crediticias norteamericanas no se comportaron con ingenuidad, sino con avaricia desmedida al establecer un rango cero de riesgo en sus operaciones pasando luego a complicarlo más aún al estructurar ese crédito en productos financieros de alto riesgo y rimbombantes nombres que atrajeron a nuevos candidatos al Nobel de la Avaricia desde la Vieja Europa, incluido Mr. Triunfador Botín que, por cierto, rima con el amigo de los angelotes negros.
Esto ocurrió hace meses, aunque a algunos les parezca una eternidad. Pero, en España las aguas bajaban tranquilas porque el mensaje era claro: las medidas de control del Banco de España hacen imposible una situación similar, en España no hay subprimes y el sistema financiero podrá hacer frente a la crisis con solvencia y garantía.
Quizás fuera aparentemente cierto, porque ya saben que las verdades siempre son aparentes. Pero, mire usted por dónde, tuvo que venir a aguar la fiesta la cochambrosa Teoría de los Seis Grados unida al dichoso Ciclo Infernal que más bien parece el título de una de Clint Eastwood. Y, hete aquí, que lo que hasta ese momento eran sólidas hipotecas se convirtieron en subprime made in Spain. La red de redes que es la economía de mercado obró el milagro de los peces y los panes. Aunque más bien fue una de plagas egipcias en forma de insolvencia total, provocada por quiebras, despidos, expedientes de regulación y mucho miedo en el cuerpo.
Es uno de los misterios de la economía moderna, puedes pasar de héroe a villano más rápido que la Cenicienta de princesita a hortera de alpargata. De rico a pobre en menos tiempo que lo que dura una anchoa en un palillo. Y vete a reclamar a la Mano Invisible que lo llevas claro.
Mientras que los norteamericanos son excesivos en todo, hasta en las reacciones inmediatas de intervención pública a diestro y siniestro, la UE se ha mostrado más cauta y ha dejado muy claro que no está por la labor de la intervención por el artículo 33 y menos aún la nacionalización masiva. Pero una cosa es la teoría y otra muy distinta la dura realidad de los Seis Grados. Así que cosas veremos y maravillados quedaremos en los próximos meses. El sistema puede ser todo lo sólido que se quiera, pero le están empezando a crecer los enanos más deprisa que a un tonto las tizas. Las subprime made in Spain, los lodos de las compras de fondos de pacotilla, el vencimiento de los pagos a otros colegas europeos, la creciente inactividad en las operaciones diarias, el cluedo interbancario y otras muchas cosas más que no pueden citarse van a poner a prueba nuestra confianza en los bancos de toda la vida.
Pero, como dijo Владимир Ильич Ульянов, mayormente conocido como Lenin: el límite de la confianza viene marcado por la necesidad.
Y necesidad va a haber más de la que nos gustaría, así que vayan los próceres financieros construyendo explicaciones.

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