martes, 22 de julio de 2008

EL DESPILFARRO DEL TALENTO


En este país hablamos de la fuga, escasez y mala gestión del Talento. Quizás sea cierto, pero es indudable que la interpretación que hacemos del término es famélica cuando no selectiva.

Hablamos de talento en términos de gentes que portan doctorados, másteres, experiencia investigadora, gerencial y, en menor medida, licenciados del tres al cuarto. Pero, ¿qué ocurre con el resto de personas que integran una organización?

Puede ser que les ocurra lo que mi tía abuela decía que les sucedía a las mujeres a partir de los cuarenta: se vuelven invisibles.

El talento es un recurso más de la organización. La teoría dice que para que un recurso aporte ventaja competitiva debe ser raro, valioso, duradero e inimitable. Quizás sea esta una de las fuentes de esta peregrina interpretación del talento en España. Pero, la realidad también nos dice que los recursos aportan ventaja competitiva cuando son TÁCITOS en relación a la naturaleza del conocimiento que encierran, SOCIALMENTE COMPLEJOS cuando surgen de la interacción de múltiples personas de distintas jerarquías o nichos de ocupación y CASUALMENTE AMBIGUOS si no se conoce exactamente el proceso de generación de valor.

Es curioso, pero una interpretación más universal del talento en una organización da como resultado la aparición de estos tres factores de ventaja competitiva:

· Generación de flujos de conocimiento inductivos con predominio de los tácitos

· Generación de equipos de trabajo multiárea con una finalidad de posicionamiento estratégico

· Generación de procesos de valor espontáneos por parte de todas las personas de la organización

La organización, es decir la empresa, es una fuente de valor y, en consecuencia de subsistencia. Las personas que trabajan en ella adquieren derechos y responsabilidades. Pero los directivos están obligados a ir más allá de la simple gerencia, hay un equipo humano que espera ser liderado. Pero estas personas también esperan que se saque lo mejor de ellas, no solamente en términos de responsabilidad y trabajo específico, sino también en competencias y habilidades tácitas que se van adquiriendo progresivamente.

Hace ya algunos años, tuve la oportunidad de compartir por un tiempo la interpretación universal del talento que mi amigo, el genial Koldo Saratxaga, imprimió en Irizar, esa pequeña gran empresa que se asienta junto al Txindoki, uno de los montes más bellos del País Vasco. Allí tuve la oportunidad de comprobar el valor y la generosidad del Talento Tácito y su repercusión inmediata en la salud emocional y la cuenta de resultados de la empresa. Quizás, entre otros muchos factores, la salida de Irizar de MCC se deba a la disrupción sistemática que provoca una organización que se recrea continuamente a sí misma en el seno de una estructura cada vez menos cooperativa.

En definitiva, mejor que hablar de escasez y fuga de Talento, debiéramos hablar de DESPILFARRO DEL TALENTO.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una exposición breve y sencilla de un hecho generalizado en la estructura empresarial española más característica de Segunda Ola. Conozco el caso Irizar y entiendo que es un oasis en el desierto, pero sus resultados son un hecho irrebatible.
Felicidades por el blog, interesantisimo.
Emilio Diez de Vega

Anónimo dijo...

El despilfarro es evidente, pero la pregunta que surge también: ¿hay talento en las gerencias?
PL

Anónimo dijo...

A la pregunta de PL, la respuesta es evidentmente afirmativa: hay talento en la gerencia. Pero posiblemente en muchos casos sea un talento gerencial, nada despreciable, pero poco valioso para situaciones de cambio. Se necesitan gestores que puedan ser lideres en momentos de cambio.
Pilar

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